Los abogados de la Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHD, Özgürlük için Hukukçular Derneği) de Estambul han informado de que un refugiado realizó una solicitud de asilo el martes, día en el que él y decenas de otros refugiados de Afganistán y Siria fueron arrojados al río fronterizo Meriç (Evros) por la policía militar turca. Los solicitantes de asilo habían sido deportados ilegalmente de Grecia a Turquía. Él mismo se encontraba en un grupo de unas sesenta personas. Las mujeres y los niños pequeños del grupo fueron separados por las fuerzas de seguridad turcas y entre 45 y 50 hombres y niños fueron arrojados al río fronterizo. El demandante pudo volver nadando a la orilla pero otras tres personas se ahogaron, según sus declaraciones.
El abogado Ahmet Baran Çelik, miembro del ÖHD y de la asociación Göç-İz-Der, que vigila la situación de los refugiados y solicitantes de asilo en Turquía, ha declarado que otras cuatro víctimas han testificado sobre el incidente, y que por tanto éste queda probado. Según estas declaraciones, el incidente se produjo en la noche del 24 de agosto.
150 solicitantes de asilo procedentes de Siria y Afganistán fueron recogidos a su llegada a Grecia y devueltos ilegalmente a Turquía sin ser registrados. En Edirne, las mujeres y los niños pequeños fueron separados del resto del grupo por la policía militar turca. Luego, entre 45 y 50 niños y hombres fueron devueltos al río fronterizo a punta de pistola. Según las cinco víctimas con las que habló el abogado Çelik, tres de ellas eran menores: de 10, 13 y 14 años. Todavía no se ha podido determinar qué unidad de la Gendarmería estuvo implicada ni quiénes son los tres ahogados.
La ÖHD quiere presentar una denuncia el lunes contra los responsables. El abogado Çelik ha denunciado que las personas que huyen de la guerra en Turquía “van al infierno”, son expuestas al racismo y sus vidas son consideradas como nada. Turquía y Grecia han violado las Convenciones de Ginebra y las fuerzas de seguridad de ambos países colaboran, especialmente en la frontera de Edirne, para devolver a los refugiados en caliente. Además de las fuerzas de seguridad oficiales, en Grecia se han formado milicias para abusar y robar a quienes buscan protección.
El abogado Çelik ha descrito el hecho de que los refugiados fueran conducidos al río por la policía militar turca como una cruel escalada de la violencia y un crimen contra la humanidad: “Según estas declaraciones, estaríamos ante un asesinato e intento de asesinato”.