Un muchacho de 14 años llamado Y.D. fue secuestrado por la policía turca el 21 de marzo mientras paseaba por Licê con un amigo de 10 años, y fue brutalmente torturado mientras le ataban las manos y los pies. Obligado a decir que era turco, Y.D fue posteriormente amenazado de muerte y obligado a insultar a los kurdos y a cantar el himno nacional turco.

Tras ser torturado, Y.D. fue arrojado a un pantano con la boca y las manos atadas. Un granjero se percató de la presencia del niño por la noche, lo sacó y lo llevó al hospital. El niño todavía corre el riesgo de perder un ojo.

Tras publicarse la noticia del caso en la Agencia Mesopotamia, se abrió una investigación. Como resultado de la investigación, cinco policías fueron puestos bajo custodia y tres de ellos, Ismail Akkuş, Emre Özcan y Gökhan Bay, fueron enviados a prisión el 26 de marzo acusados de "lesiones deliberadas".

Los otros dos agentes, el jefe de policía Aykut Oral y el agente Hayrettin Çakmak, fueron puestos en libertad bajo control judicial por el Juzgado Penal de Paz de Licê.

El Colegio de Abogados de Amed anuncia ahora que los tres policías encarcelados también han sido puestos en libertad:

"El Tribunal Penal de Primera Instancia de Licê había dictado una resolución de no competencia por considerar que las acciones de los policías contra el niño de 14 años entraban en el ámbito del ‘Delito de Tortura’. Tras la objeción de los agentes de policía acusados, el Tribunal Penal Superior 1º de Diyarbakır no sólo ha levantado la decisión de no jurisdicción por considerar que no se dan los elementos del delito de tortura, sino que también ha decidido poner en libertad a los tres agentes de policía detenidos por mayoría de votos. Continuaremos siguiendo el proceso judicial".

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