La Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN) informó que un tribunal iraní condenó a muerte a Pezhman Soltani, un manifestante arrestado durante el levantamiento antigubernamental “Jin, Jiyan, Azadi” (Mujer, Vida, Libertad), acusado de “asesinato premeditado”.
Otros dos, Rizgar Beygzadeh Baba-Miri, de 47 años, y Ali (Soran) Ghassemi, de 28, fueron condenados a 15 años y 10 años y un día de prisión, respectivamente, por “complicidad en asesinato”.
Además, un cuarto acusado, Kaveh Salehi, de 42 años, fue absuelto del cargo de “complicidad en asesinato”.
La Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN) ha sabido que el juicio tuvo lugar el 29 de diciembre de 2024 en la Sección Uno del Tribunal Penal de Menores de la provincia de Azerbaiyán Occidental, y que el veredicto se dictó a los acusados en prisión el 15 de enero de 2025.
Soltani, de 32 años, fue condenado a muerte tras ser declarado culpable de “asesinato premeditado”, un delito castigado con la qisas, que otorga a la familia de la víctima el derecho a tomar represalias según la ley islámica.
Segundo caso pendiente
El Tribunal Revolucionario Islámico de Orumiyeh, provincia de Azerbaiyán Occidental, también ha abierto un caso separado contra los cuatro presos políticos y otro preso, Javanmard Mam-Khosravi, por cargos que incluyen “enemistad contra Dios” (moharebeh), “insurrección armada” (baghi) y “contrabando de Starlink”.
El caso sigue sin resolverse debido a las denuncias de los presos, que denuncian torturas por parte de los interrogadores del Ministerio de Inteligencia para obligarlos a confesar. Está previsto que se remita a uno de los órganos judiciales encargados de tratar las violaciones de los derechos civiles.
Los cinco hombres, de la ciudad de Bukan, provincia de Azerbaiyán Occidental, fueron arrestados en abril y mayo de 2023 después de participar en las protestas Mujeres, Vida y Libertad en Bukan y Baneh, provincia de Kurdistán.
Tras su detención, las fuerzas de seguridad los trasladaron al centro de detención del Ministerio de Inteligencia en Orumiyeh, donde fueron sometidos a meses de tortura física y psicológica antes de ser trasladados a la prisión central de Orumiyeh.
Durante este tiempo, se les negó la representación legal y las visitas familiares.
Según la acusación, Ghassemi, Soltani, Salehi y Beygzade Baba-Miri enfrentan una serie de cargos, entre ellos “insurrección armada” (baghi), “enemistad contra Dios” (moharebeh), “reunión y colusión” y “colaboración con estados hostiles”, mientras que Mam-Khosravi enfrenta cargos de “enemistad contra Dios” (moharebeh), “colaboración con estados hostiles” y “contrabando de Starlink”.
Soltani, Ghassemi y Salehi también han sido acusados de “asesinato premeditado” de un miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) en un caso separado.
El 14 de julio de 2024, la agencia de noticias Tasnim, afiliada al CGRI, transmitió confesiones forzadas de cuatro de los prisioneros.