"Si Erdogan pierde, su mito habrá terminado y será un punto de inflexión para Turquía"
Laura Sestini de "The Black Coffee" habló sobre las elecciones en Turquía con Devriş Çimen, representante europeo del HDP.
Laura Sestini de "The Black Coffee" habló sobre las elecciones en Turquía con Devriş Çimen, representante europeo del HDP.
El 14 de mayo, Turquía realiza la primera ronda de votación para elegir a su presidente y 600 diputados para la Gran Asamblea Nacional, el Parlamento turco. Los dos principales contendientes son el presidente saliente Recep Tayyip Erdoğan y Kemal Kılıçdaroğlu, del Partido Republicano del Pueblo – CHP – que se encuentra a la cabeza de la coalición , apoyados por la Izquierda Verde, Yeşil Sol Parti, de la cual el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) es el grupo político mayoritario.
Las encuestas informan de una caída en el apoyo a Erdoğan, pero si ninguno de los candidatos alcanza el 50 + 1% de los votos en la primera ronda, los dos candidatos principales irán a la segunda vuelta el 28 de mayo. Mientras tanto, Muharrem Ince, uno de los cuatro contendientes presidenciales, se retiró tres días antes de las elecciones debido a un supuesto video pornográfico, y recibió la acusación de poner en juego dinero para interrumpir la campaña electoral de Kılıçdaroğlu, que el político negó en una conferencia de prensa. Sinan Oğan, del Partido del Movimiento Nacionalista de extrema derecha, sigue en la carrera.
La ronda electoral es crucial para Turquía, la que vive presa de una fuerte crisis económica a la que se añade el desastre del terremoto del 6 de febrero. Los ojos están puestos en Erdogan y en el futuro de su carrera política.
Laura Sestini de The Black Coffee habló sobre las elecciones en Turquía con Devriş Çimen, representante europeo del HDP en Europa.
En los últimos 20 años, el partido AKP de Erdogan ha asegurado su poder a través de la violencia contra los partidos de oposición y arrestos y detenciones de cientos de miles de personas, por ejemplo, después del supuesto golpe de Estado de 2016. ¿Es todavía posible llamar República al orden político turco?
Una república es una forma de gobierno en la que el poder supremo es ejercido por personas elegidas por un período específico por el pueblo o sus representantes. Turquía está lejos de eso. El método de gobierno de Erdogan llegó tan lejos como pudo dentro de los límites de una república estatal en 2011, cuando garantizó a su partido AKP casi el 50% de los votos. Para consolidar su poder, ha tratado de convertir en una herramienta al problema más importante que enfrenta Turquía hoy en día, es decir, en lugar de intentar resolver el problema kurdo lo empleo como un arma para desarrrollar conflictos. Entre 2013 y 2015, llevó a cabo negociaciones con representantes del movimiento de liberación kurdo, pero solo por razones tácticas a corto plazo. Los problemas fundamentales del país sólo pueden resolverse abriendo un espacio para que se observe el proceso democrático. Por el contrario, tras las elecciones del 7 de junio de 2015, cuando el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ganó el 13,1% de los votos por primera vez con 80 miembros electos del parlamento, poniendo fin a la autocracia de Erdogan, Erdogan anuló los resultados y repitió las elecciones 5 meses después. Las negociaciones llegaron a su fin y se anunció la reanudación de la guerra. Erdogan transformó la débil democracia que existía en ese momento en un régimen autoritario. Desde entonces, hay una forma de gobierno como la experimentada por los kurdos iraquíes bajo Saddam Hussein, donde la discriminación, la exclusión y la violencia son parte de la vida cotidiana. Erdogan controla todas las instituciones estatales y utiliza este control contra sus oponentes, especialmente los kurdos y el HDP.
¿Por qué los ciudadanos turcos continuaron confiando en la mayoría del AKP durante este largo período? ¿Por miedo al cambio? ¿O porque aman al "hombre fuerte" en el poder? ¿Es correcto llamar conservador al pueblo turco?
El problema fundamental que subyace a la sociedad turca es la cuestión de la identidad turca. Temen que la democracia debilite la identidad turca y, por lo tanto, Erdogan aborda los temores de los turcos. La educación turca y la forma en que se educan los turcos significa que a todos se les enseña que el país está rodeado de enemigos (es decir, los países vecinos y Occidente) y que en el propio país acechan traidores que quieren dividirlo, particularmente los kurdos, los armenios, los asirios, los alevíes y otras minorías, así como los izquierdistas. Y la lista continúa. La idea del país, y la noción de que ofrece la posibilidad de participación democrática para todas las personas, son perforadas en la cabeza de las personas por el alarmismo desde la escuela en adelante. El nacionalismo y el racismo dan forma a la educación y, por lo tanto, a la vida de las personas, creando un conservadurismo exclusivamente turco. Ni siquiera necesitamos hablar o dar ejemplos de los efectos de la religiosidad y el sexismo. La gente está polarizada, obligada a negar sus respectivas identidades étnicas y obligada a aceptar la etnia turca, que cubre a menos de la mitad de las personas que viven en Turquía. Toda esta coerción antidemocrática y nacionalismo, que a menudo toma la forma de racismo desnudo, se ofrece como cobertura política y se promueve en la Constitución de la República de Turquía.
¿Por qué las y los ciudadanos turcos que viven en Europa también votan por Erdogan y su partido? ¿No es eso una contradicción, considerando que muchos han huido de Turquía debido a la crisis económica, la persecución social o el autoritarismo?
Es un fenómeno curioso que las personas que viven y trabajan en lo que es, en comparación con Turquía, un marco democrático, quieran que el autoritarismo continúe en su país de origen. Un fenómeno amargo y doloroso. Tal como mencioné anteriormente, el miedo y el trauma resultante ocasionado por la idea de que la identidad turca podría debilitarse, hace que parte de la diáspora vote por Erdogan. Sin embargo,las y los perseguidos políticamente en el extranjero votan por partidos que persiguen a otros en casa. Otros apoyan la continuación de las miserables políticas de opresión, exclusión, discriminación y patriarcado que han caracterizado el gobierno de Erdogan. Para comprender adecuadamente este enfoque contradictorio, las ciencias sociales podrían llevar a cabo una investigación en profundidad, pero la cuestión tiene mucho que ver con los miedos y fobias históricos y culturales, es decir, el miedo a la democracia, a que otros puedan ejercer sus derechos. Entonces, tenemos a estos turcos que ejercen derechos democráticos en los países europeos, pero no quieren que otros, especialmente kurdos, alevíes y otros pueblos minoritarios, ejerzan sus derechos en Turquía. Si, por ejemplo, los kurdos tuvieran los mismos derechos en su patria que los turcos pueden ejercer aquí en Europa como migrantes, muchos problemas ya estarían resueltos. Pero, por el contrario, para que los kurdos y otros que no son turcos no logren alcanzar sus derechos básicos, el proceso democrático está bloqueado.
¿Cuánta influencia tiene la retórica religiosa islámica, con sus reglas sociales, que ata y apoya la política actual?
Históricamente, y por lo tanto políticamente, en Turquía la poltica se ha dividido en una corriente nacionalista kemalista (secular) y una corriente nacionalista islamista (religiosa). La corriente islámica y conservadora fue marginada y condenada al ostracismo hasta que Erdogan llegó al poder en 2002. Desde entonces, esta corriente religiosa ha ganado la partida. Los numerosos golpes militares en Turquía tienen mucho que ver con el conflicto de las dos corrientes. Una tercera corriente, la corriente democrática, que es lo que el país necesita, sin embargo, ha sido combatida y excluida por ambas partes. Erdogan puede apelar y movilizar a una cierta base desplegando una retórica islámico-conservadora y nacionalista. Sobre esta base, está tratando de decir algo así como, si la corriente nacionalista kemalista y la corriente democrática, cuya vanguardia es el HDP y los kurdos, se hacen cargo del gobierno, restringirán los propios derechos de las personas. Presenta a los kurdos y su demanda de derechos básicos y democracia como si fueran un enemigo. De esta manera, puede convencer a cierta parte de la sociedad para que lo apoye luchando contra otros, propagando así el miedo. Su propaganda islamista y su enfoque político pragmático juntos lo han mantenido a flote hasta ahora.
El nacionalismo es un sentimiento muy fuerte. ¿Es esta la única razón por la que uno de los principales enemigos públicos es la comunidad kurda y su perspectiva política (democrática), y especialmente el partido HDP al que están tratando de cerrar?
Podemos hablar de las y los kurdos, ¡pero oficialmente no existen en Turquía! Un grupo de población que no existe oficialmente también puede ser combatido con todo tipo de medios no oficiales de violencia, como ha sido el caso durante décadas. Las demandas de los kurdos de derechos culturales y políticos se reducen a una cuestión de seguridad, y por lo tanto los kurdos son criminalizados y atacados como un enemigo interno. Las leyes antidemocráticas ya se ven reforzadas por una ley antiterrorista arbitraria y profundamente problemática que conduce a violaciones masivas de los derechos humanos e infracciones del derecho internacional. Por lo tanto, no es erróneo decir que los kurdos se oponen a lo que un pensador alemán llama Feindstrafrecht (o "Derecho Penal del Enemigo"), es decir, un concepto legal que les niega cualquier protección bajo la ley. Todos los recursos del país se han puesto al servicio de la guerra contra los kurdos, tanto en la propia Turquía como en los ataques transfronterizos contra los vecinos Siria e Irak. A nivel internacional, sin embargo, estas constantes violaciones del derecho internacional han generado poca oposición política, diplomática o legal seria.
El HDP y todos los demás que defienden la democracia están luchando sistemáticamente, hasta la situación actual, en la que el HDP se enfrenta a una prohibición inminente y total de sus actividades políticas. Teniendo en cuenta que no menos de seis partidos políticos que anteriormente representaban la tradición política del HDP han sido prohibidos hasta ahora, uno puede ver cómo el estado opera de una manera consistentemente antidemocrática. Teniendo en cuenta estas prohibiciones consistentes sobre el HDP y sus partidos predecesores, podemos ver cómo el Estado-nación turco y el nacionalismo turco operan antidemocráticamente. Sin embargo, la demanda de libertad articulada por los kurdos y el HDP no se limita a una cierta parte de la sociedad, sino que se aplica a toda Turquía. Por lo tanto, la violencia, la opresión, la represión y la guerra constituyen una estrategia atractiva para Erdogan, en lugar de encontrar una solución democrática.
Si el candidato de la oposición Kemal Kılıçdaroğlu gana las elecciones, ¿cuál podría ser la reacción de Erdogan? ¿Señalará elecciones fraudulentas? ¿Lo mismo que sucedió con el alcalde de Estambul Ekrem İmamoğlu en 2019, ordenando volver a la votación?
El aspecto más importante del fraude electoral ya ha sido puesto en marcha por Erdoğan antes de las elecciones, cuando obligó al HDP a una posición en la que no pudieron participar en las elecciones a través de la prohibición política buscanda a través de los tribunales. Esto ha significado que el HDP se ve obligado a presentar sus candidatos a través de otro partido más pequeño, el Partido de la Izquierda Verde. Incluso en estas circunstancias, el ideal del HDP jugará su papel. Si Erdogan pierde, su mito habrá terminado y será un punto de inflexión para Turquía. Este punto de inflexión podría ser utilizado por el principal candidato de la oposición, Kemal Kiliçdaroğlu, para llevar a Turquía hacia la democracia. Esta es también la razón por la que el HDP y la oposición democrática apoyan a Kiliçdaroğlu. Queremos ver una Turquía democrática no solo en beneficio de los turcos –o de un determinado electorado político entre los turcos–, sino en una patria democrática para todos. Buscamos especialmente un futuro donde las mujeres participen y lideren en todos los aspectos de la vida. Queremos ver un país democrático para turcos, kurdos, asirios, armenios, árabes, circasianos, laz, musulmanes, alevíes, cristianos y yazidíes, donde estas minorías también sean reconocidas oficialmente. Esto requiere voluntad política para resolver los problemas, reconocimiento y diálogo con todos los grupos sociales y, finalmente, una nueva Constitución democrática que incluya también a todos los grupos mencionados. Así que hay un largo camino por recorrer, pero todo por jugar. Erdogan puede y hará cualquier cosa para mantenerse en el poder. Tiene una gran cantidad de recursos estatales e instituciones a su disposición.
¿Cuáles podrían ser las reacciones de los socios extranjeros de Erdogan, Rusia, Irán y otros, si pierde el liderazgo de Turquía?
El enfoque autoritario de Erdogan fue una herramienta útil para sus socios internacionales. Si miras a los amigos de Erdogan, rápidamente ves que no son demócratas. Otros socios internacionales, como la UE con su acuerdo sobre refugiados, o Suecia y Finlandia con el acuerdo que alcanzaron que les permite unirse a la OTAN, lo perciben como un aliado útil en algunos aspectos y, por lo tanto, optan por pasar por alto su autoritarismo, mientras se benefician de él en cuestiones como el control de los flujos de refugiados hacia Europa. Muchos enfoques similares de varias potencias internacionales han cortado de raíz la posible democratización del país. Sin embargo, si asumimos que Erdogan será expulsado del cargo, las relaciones internacionales en su mayoría tensas que hasta ahora ha impuesto a través del chantaje podrían normalizarse con el tiempo.
Si Erdogan es reconfirmado como presidente, ¿cómo evolucionará el futuro de Turquía?
Esperemos que las y los votantes, a pesar de ser manipulados por su fuerte retórica nacionalista-islámica, actúen con razón y no lo reelijan. Si es reelegido como presidente, el pueblo se castigará aún más y se garantizará un futuro aún más antidemocrático. Pero Turquía ha experimentado todo tipo de política en sus cien años de historia: kemalismo, islamismo, golpes de estado, dictadura militar y, finalmente, autoritarismo. Lo único que no se ha intentado es la democracia. Ya sea ahora o en los próximos años, Turquía debe superar sus temores y atreverse a ser democrática. En este sentido, la visión del mundo del HDP, es decir, el Partido de la Izquierda Verde, y el enfoque político más amplio del movimiento kurdo son las fuentes más importantes de inspiración. Ya sea que las dos corrientes islamistas-nacionalistas opuestas y nacionalistas seculares quieran tomar el poder o no, seguimos siendo la fuerza más importante que lucha por la democracia y una verdadera alternativa en Turquía.
¿Cuál será el papel de las mujeres en esta ronda electoral fundamental?
Desde que Erdogan ha estado en el poder, su política patriarcal e islamista también ha tratado de determinar cómo las mujeres pueden participar en el espacio público. Sin embargo, desde las filas del HDP y su tradición, en la que la lucha de liberación de las mujeres kurdas juega un papel inspirador, hay grandes esfuerzos por una vida igualitaria. Por esta razón, nuestras compañeras y, por lo tanto, nuestras pioneras en la política parlamentaria, como la ex coalcaldesa de Diyarbakır, Gültan Kışınak, ex copresidenta del HDP, Figen Yüksedağ, ex copresidenta del HDP y recientemente del DBP – Partido Paz y Democracia – Sebahat Tuncel, la ex parlamentaria Ayla Akat, y otras miles de mujeres políticamente activas están encarceladas como presas políticas. El papel de las mujeres kurdas políticamente activas y del HDP ha cambiado la política en Turquía hasta cierto punto. En y alrededor del HDP, la política está fuertemente moldeada por mujeres. Por ejemplo, en el HDP y su esfera de influencia, hay un sistema de copresidentes – mujer y hombre – en todos los órganos de toma de decisiones. Y esto democratiza la política y, por lo tanto, la vida pública. Incluso si las demandas de las mujeres de la sociedad mayoritaria no se tuvieran suficientemente en cuenta en estas elecciones, a pesar de los esfuerzos del HDP y el Partido de la Izquierda Verde, las mujeres políticamente activas darán forma a las elecciones y, por lo tanto, al futuro. En este contexto, la base de lo que las mujeres kurdas han construido a través de grandes esfuerzos es un gran logro y una lección para la sociedad y la política en Turquía. Esto fue visible durante la campaña electoral y será visible después de las elecciones.
Fuente: www.theblackcoffee.eu