Alemania se olvida de sus ciudadanos encarcelados en Turquía

El gobierno de Merkel celebra el levantamiento de la prohibición de viajar de Mesale Tolu, sin embargo, todavía hay al menos 7 ciudadanos alemanes que permanecen como rehenes del régimen de Erdogan.

La ciudadana alemana Meşale Tolu que trabajaba como periodista y traductora para la Agencia de Noticias Etkin (ETHA) fue detenida y encarcelada en Estambul en el mes de mayo. Fue liberada en diciembre tras gestiones del estado alemán, pero los tribunales del régimen de Erdogan le han prohibido viajar para impedir que pueda regresar a Alemania.

La prohibición de viajar fue removida ayer. El Ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, ha dicho que el levantamiento de la prohibición para viajar es una señal de que la relación con Ankara está mejorando, sin embargo, todavía hay varios ciudadanos alemanes en las prisiones turcas mantenidos como rehenes por el gobierno de Erdogan.

Según datos del ministerio alemán, actualmente hay 7 ciudadanos alemanes en prisiones turcas en base a acusaciones políticas. No obstante, existen voces que elevan la cifra ya que la mayor parte de las veces, los funcionarios turcos retrasan la notificación al gobierno alemán sobre los detenidos con nacionalidad alemana.

35 ciudadanos alemanes han sido privados del derecho a viajar

Los informes que llegan hablan de alrededor de 35 ciudadanos alemanes que tienen prohibido viajar al extranjero por parte de las autoridades turcas. Estas personas, en general, tienen la doble nacionalidad, turca y alemana, y es por ello que el estado turco es capaz de imponer este tipo de medidas cautelares sobre ellos.

El ministro Maas habló con la prensa en Berlín y señaló: “que haya 7 ciudadanos alemanes injustamente encarcelados en Turquía es inaceptable para nosotros”. Pero el gobierno federal liderado por Merkel no está emprendiendo ningún tipo de acción a favor de estas personas.

La mayoría de ciudadanos alemanes en prisiones han estado arrestados por criticar al régimen de Erdogan en redes sociales, o fruto de actividades de espionaje del MIT en su contra durante su actividad política en Alemania. Los ciudadanos de los cuales la administración de Berlín es consciente de su situación son los siguientes:

Ilhami A.: taxista en Hamburgo, Alemania. Detenido la semana pasada en Turquía mientras visitaba a su madre en Karakochan. Fue arrestado y trasladado a la prisión de Elazig acusado de realizar “propaganda terrorista” únicamente por haber criticado al gobierno de Erdogan.

Dennis E.: Encarcelado bajo el cargo de “propaganda a favor del PKK” tras su detención en Hatay en el mes de julio. Dennis E. no ostenta la doble nacionalidad, únicamente la alemana, pero Alemania no está haciendo nada para conseguir la libertad de su ciudadano.

Ozan Canê: el artista kurdo que vive en Colonia estaba de visita en Turquía para apoyar al HDP de cara a las elecciones del 24 de junio y fue detenido durante un acto electoral en Edirne. Está encarcelado por participar en una película que contaba la lucha de las YPG/YPJ contra el ISIS y por haberse tomado fotos junto a combatientes de las YPG.

Adil Demirci: Sociólogo y periodista afincado en Colonia, Demirci fue detenido y luego encarcelado en el mes de abril en Estambul mientras visitaba a su madre que tiene un cáncer. A pesar de las campañas lanzadas por personas de renombre de la sociedad alemana y varios medios, el gobierno alemán no está presionando a Ankara para conseguir su liberación.

Otros rehenes liberados tras negociaciones opacas

El año pasado, sin embargo, el régimen de Erdogan había vuelto a implementar la política de rehenes contra Berlín y consiguió unas cuantas concesiones. La persona más conocida y que más ha dado que hablar sería Deiz Yücel, un periodista de Die Welt, y su arresto estuvo siempre en la agenda política desde su encarcelamiento.

Yücel no fue liberado a pesar de la presión ejercida por Merkel, y solo consiguió la libertad tras las negociaciones del entonces Ministro de Asuntos Exteriores Sigmar Gabriel. Antes de Gabriel, el antiguo Primer Ministro Shroder había intervenido y se reunió con Erdogan, en una visita encomendada por Merkel.

De forma similar, el activista Peter Steudtner de Berlín fue declarado “miembro de una organización terrorista” por los fiscales de Erdogan a pesar de que no tenía trabajos en Turquía y solo consiguió su libertad en octubre de 2017 tras un largo periodo como rehén del régimen turco.