Durante una reunión en Luxemburgo del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, se han producido conversaciones sobre el proceso de adhesión de Turquía a la UE.

En las conclusiones del Consejo se ha señalado que “Turquía se ha estado alejando de la UE” y que por lo tanto las negociaciones con este país han “alcanzado un punto muerto y no se ha considerado avanzar en ningún capítulo del proceso”.

El Consejo al mismo tiempo “reafirma la importancia que la UE le da a las relaciones con Turquía, un socio clave” y que siguen abiertos a mantener un dialogo abierto y honesto para tratar los retos comunes y cooperar en asuntos esenciales de interés mutuo como la inmigración, la lucha contra el terrorismo, la energía, el transporte, la economía y el comercio”.

El Consejo ha recordado que en sus conclusiones del 1 de julio de 2016, “condenaron de forma inmediata y firme el intento de golpe de estado del 15 de julio, expresaron su solidaridad con el pueblo turco y dieron su apoyo absoluto a las instituciones democráticas de Turquía. Sin embargo, la desproporción de las medidas tomadas y la magnitud de éstas tras el golpe han generado una seria preocupación. El Consejo ha recordado los estándares internacionales y las obligaciones a las que Turquía se había comprometido, y hace un llamamiento a Turquía para que acabe de forma urgente con las negativas tendencias que se están dando”.

El Consejo ha reiterado su preocupación sobre el “continuo y profundamente preocupante retroceso del estado de derecho y de los derechos fundamentales, entre ellos el de la libertad de expresión. El deterioro de la independencia y funcionamiento del sistema judicial no puede ser aceptado, ni tampoco las restricciones, detenciones,  encarcelamientos y otras medidas que atacan directamente a periodistas, académicos miembros de partidos políticos, incluyendo diputados, defensores de los derechos humanos, usuarios de las redes sociales y otros que hacen uso de sus derechos fundamentales y libertades.”