El PJAK protesta en Fráncfort contra las masacres en Baluchistán

En Fráncfort del Meno, activistas del Kurdistán del Este protestan frente a la embajada iraní contra las masacres de civiles en Baluchistán, una zona ocupada por Irán.

Activistas de Rojhilat (Kurdistán del Este) se reunieron frente al consulado iraní en Fráncfort del Meno para protestar contra las masacres de civiles baluchis por parte del régimen iraní y para mostrar su solidaridad con los insurgentes de la región.

En los últimos días han llegado numerosos informes de horror desde la parte de Baluchistán ocupada por Irán. Muchos habitantes de Baluchistán, una de las regiones más pobres de Irán, se ven obligados a trabajar como portadores de carga a través de la frontera iraní, de forma similar a la población kurda de Rojhilat. El ejército iraní utiliza toda la fuerza posible contra los kolbars, que son criminalizados como "contrabandistas de petróleo". Las ejecuciones extrajudiciales del ejército iraní se producen repetidamente en la zona fronteriza.

Masacre de manifestantes

El lunes 22 de febrero, miles de comerciantes de petróleo estuvieron atrapados durante dos días en la frontera entre Haq Abad, en el lado iraní, y Parom, en el lado pakistaní, debido a un cierre no anunciado de la frontera. Cuando finalmente se agotaron los suministros para los transportistas de carga, hubo protestas esporádicas contra el cierre. Las fuerzas fronterizas iraníes habrían disparado cientos de balas reales contra los manifestantes. Al menos diez personas murieron. El número de personas muertas aumentó a 37 en los días siguientes, mientras que otras fallecieron a causa de sus heridas. Algunas fuentes hablan de muchos más muertos, pero las cifras son difíciles de verificar debido a la difícil situación de la región.

El brutal acto de represión provocó protestas en muchas ciudades del oeste de Baluchistán (Irán). Se bloquearon carreteras y se incendiaron vehículos de las fuerzas armadas iraníes. Los manifestantes asaltaron el martes la oficina del gobernador en la ciudad de Sarawan. Las protestas continuaron también el miércoles en algunas ciudades.

La masacre no puede considerarse de forma aislada. En la región de Baluchistán, rica en recursos, la población ha sido reprimida violentamente por los regímenes iraní y pakistaní durante décadas. Un movimiento de resistencia secular lucha contra ello.