Instan a Reino Unido a actuar para evitar que COVID-19 se extienda en Rojava

Margaret Owen, patrocinadora de la Campaña Paz en Kurdistán escribe una carta al Secretario de Relaciones Exteriores Dominic Raab en nombre de todos los colaboradores, pidiéndole que actúe para evitar la propagación del coronavirus en Rojava

Margaret Owen, patrona de la Campaña Paz en Kurdistán, escribió al diputado Dominic Raab: "Le escribimos con extrema urgencia para implorarle que utilice todos los medios disponibles, tanto diplomáticos como económicos, para garantizar que COVID-19 no se propague rápidamente en la AANES (Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria), también conocida como Rojava, (KURDISTÁN SIRIO).  Les rogamos que rompan el silencio sobre el papel de Turquía, que pemite que ocurra esta prevista catástrofe".

Owen recordó que "la AANES, con una población de más de 4.000.000 de habitantes, es ahora el hogar de más de 650.000 refugiados y desplazados internos, de todas las etnias y religiones, que han huido de los ataques no sólo de ISIS sino de Turquía. Estas personas viven ahora en campamentos y asentamientos improvisados muy superpoblados y carentes de higiene.  Pero la AANES también alberga a más de 5.000 cautivos de ISIS. El campamento AL HOL, que alberga 65.000 mujeres y niños, es un caldo de cultivo para la propagación del Coronavirus, con las mujeres de ISIS propagando el mensaje de que sólo los infieles y los no musulmanes están en peligro".

Owen añadió que "en estas condiciones es imposible que la gente se proteja por medio del distanciamiento social, y con la escasez de agua incluso el lavado de manos es problemático. Además, muchas de estas personas se ven afectadas por toda una serie de problemas de salud subyacentes, desde la malnutrición, las heridas de guerra, el embarazo y las enfermedades no tratadas como la tuberculosis, la ictericia y la diarrea, que aumentan la probabilidad de muerte si se infectan. La tasa de mortalidad prevista en los campamentos y centros de detención es del 10%".       

La carta también recordaba que "nueve años de guerra, los ataques sistemáticos a las infraestructuras sanitarias y de agua por parte de las fuerzas turcas de ocupación respaldadas por Rusia; la falta de reconocimiento internacional (a pesar de que el YPG y el YPJ son las tropas locales más eficaces sobre el terreno liberando ciudades y pueblos retenidos por el ISIS), y el cierre por parte de Turquía, en enero de 2020, del único paso de ayuda de la ONU, en Yaroubiah. han dejado a esta región en un riesgo extremo de contraer el virus, ya que hay una grave falta de PPE y de recursos médicos esenciales para prevenir las muertes".

La carta subrayaba que "tanto la ONU como la OMS se niegan a entregar ayuda a este enclave, pero sólo al gobierno de Assad, dejando a la AANES dependiente de sus propios y escasos recursos, y por supuesto no puede acceder a los recursos disponibles en Damasco. La OMS suministró 1.200 kits de prueba al gobierno sirio, pero ninguno a la AANES. Sólo hay un ventilador para atender a 100.000 personas, pero la OMS entregó 40 ventiladores a Damasco. Además, se ha negado a las ONG que trabajan con la Media Luna Roja kurda el acceso a la financiación especial de 2.000.000.000 de dólares de ONU COVID-19". 

A pesar del llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas a todos los Estados miembros para que se establezca un alto el fuego universal mientras el mundo aborda esta pandemia, Turquía ha seguido bombardeando y atacando hospitales y escuelas en las ciudades kurdas.

"9 de los 11 hospitales -dice la carta- han sido dañados o totalmente destruidos. Este enero cerró el flujo de agua de la estación de Alouck al noreste, dejando a unas 1.100.000 personas sin agua para cocinar o lavar.  Cortar el suministro de agua a los civiles durante un conflicto es un crimen de guerra, pero la ONU no ha condenado este acto que, en las actuales circunstancias, está poniendo en peligro millones de vidas. En el momento de escribir esta carta hemos sabido que las autoridades médicas de la AANES informan que Damasco se niega a aceptar ninguna muestra de ellos".

En la carta se pedía al Ministro de Asuntos Exteriores que "utilice su influyente asiento en el Consejo de Seguridad, y también, en el contexto del papel que desea que Reino Unido mantenga en los asuntos mundiales, que exija a Turquía que abra el paso de la ayuda de la ONU en Yaroubiah y que restablezca inmediatamente el flujo de agua en la estación de agua de Alouk. También que solicite a la OMS que trabaje directamente con la Media Luna Roja kurda para proporcionarle equipos de pruebas, máquinas de PCR, ventiladores y otros equipos y recursos médicos esenciales".