La Confederación Sindical Internacional condena la invasión turca

El Consejo de la Confederación Sindical Internacional (CSI) adopta una resolución de emergencia que pide la paz para el pueblo kurdo.

El Consejo General de la CSI, en su reunión anual celebrada en Bruselas, aprobó un ambicioso programa de acción centrado en la paz, la defensa de la democracia y los derechos de los trabajadores, la consecución de un nuevo contrato social y la garantía de una acción climática basada en una transición justa.

El Consejo ha adoptado resoluciones de emergencia en las que pide la paz para el pueblo kurdo y condena al Gobierno ecuatoriano por su violenta represión del movimiento popular contra las políticas destructivas que está aplicando a instancias del FMI.

La resolución reza lo siguiente:

"El Consejo General de la CSI condena la incursión turca en Siria para atacar al pueblo kurdo, con decenas de muertos y decenas de miles de desplazados.

La ofensiva comenzó tras la decisión del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar al pueblo kurdo, que fue fundamental para derrotarlo, por lo que expresamos nuestra gran preocupación por la posibilidad de que se intensifique el conflicto, con la participación de que ahora se pueda rearmar y reestablecer.

Varios centenares de combatientes fundamentalistas cautivos de las fuerzas kurdas están ahora en libertad, y hay graves temores en relación con las miles de personas que siguen detenidas en territorio kurdo.

Denunciamos además el uso de la fuerza armada por parte del Gobierno del Presidente Erdogan, que tiene por objeto infundir temor y desviar la atención de las cuestiones internas de Turquía, incluidos los reveses electorales para el partido gobernante y el deterioro de la economía.

El movimiento sindical mundial está a favor de la paz, la lucha contra el terrorismo y la solución de conflictos mediante el diálogo y la negociación, de conformidad con el Estado de Derecho, y subraya que todas las partes deben resolver sus diferencias por medios pacíficos.

El uso de la fuerza armada, en particular contra civiles, especialmente mujeres y niños, es una afrenta a la humanidad, y nos sentimos consternados por el asesinato de Hevrin Khalaf.

Pedimos el cese inmediato de las hostilidades, el cese de la venta de armas a Turquía, el regreso de los desplazados a sus hogares en condiciones de seguridad y esfuerzos urgentes, incluida la mediación internacional, para lograr la paz permanente y permitir la rehabilitación de los heridos en el conflicto, la justicia para los que han perdido familiares y la reconstrucción de los hogares y la infraestructura destruidos durante la incursión".