Las autoridades de Barcelona redujeron el martes el número de personas autorizadas a entrar en las playas de la ciudad a 32.000, de 38.000, después de que las multitudes acudieran en masa al mar durante el fin de semana a pesar de que se les aconsejó que se quedaran en casa para frenar el aumento local de las infecciones de coronavirus.

Barcelona, la segunda ciudad más grande de España y uno de los destinos más visitados de Europa, tendría típicamente alrededor de 40.000 personas en sus diez playas en esta época del año, dijo una portavoz de la ciudad.

Sin embargo, es el centro de un aumento de los casos de coronavirus que siguió al final del estado de emergencia nacional de España hace un mes.

En respuesta, las autoridades locales y regionales han impuesto una serie de restricciones, a la furia de algunos negocios a los que se les ha dicho que vuelvan a cerrar sus puertas, incluyendo cines, clubes nocturnos y gimnasios en Barcelona.