El Centro de la Sociedad Democrática Kurda en Suecia (Navenda Civaka Demokratîk a Kurd li Swêd-NCDK) ha emitido un comunicado sobre la decisión del fiscal Krister Petersson de cerrar el caso sobre el asesinato no resuelto del Primer Ministro socialdemócrata, Olof Palme, en 1986.
Krister Petersson alegó el cierre del caso a causa de que el principal sospechoso, Stig Engström, había muerto en el 2000.
El NCDK ha subrayado que “Palme era amigo de los pueblos oprimidos de todo el mundo, como el de Sudáfrica, Estados Unidos, Palestina, Kurdistán, América Latina, Vietnam y muchos otros. Luchó por los derechos humanos sobre la base de los valores socialdemócratas que abogan por la paz, la democracia y la autodeterminación de los pueblos”.
Olof Palme, añade la declaración, “fue amigo de los kurdos durante ese tiempo y siguió siendo un símbolo y un modelo de solidaridad internacional tras su muerte. Durante su último mandato como Primer Ministro, se establecieron varios contactos con el movimiento kurdo para elevar su voz y apoyarlo en su derecho a la libertad y a la autodeterminación. Consideraba que los kurdos habían sido brutalmente colonizados, y que merecían liberarse de la opresión”.
Lamentablemente, como se recuerda en el comunicado, “el asesinato de Olof Palme dio lugar a que se dieran los primeros pasos en la criminalización del movimiento democrático de liberación kurdo en Suecia. Se sospechó de los kurdos, lo que llevó a que cientos de kurdos fueran interrogados y arrestados. Finalmente, el movimiento de liberación nacional, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), fue criminalizado. La criminalización del PKK fue aplicada por la mayoría de los países europeos durante los tiempos más difíciles para los kurdos. Así pues, se acusó a la lucha por la liberación de terrorismo. El gobierno optó por destituir al jefe de policía, pero nosotros, dentro del movimiento democrático kurdo, esperamos también las nuevas declaraciones de los políticos de hoy, cuando el caso ya está esclarecido y se ha demostrado la inocencia de los kurdos en este asesinato”.
El Centro de la Sociedad Democrática Kurda en Suecia ha declarado que “espera con interés escuchar una disculpa oficial, y la descriminalización de nuestras asociaciones y organizaciones. También esperamos una condena aún más firme del régimen de Erdogan y la violenta y brutal represión del Estado turco contra el pueblo kurdo”.
El comunicado también “insta a los medios de comunicación, a todos los ciudadanos influyentes e intelectuales de Suecia, así como a todas las organizaciones respetadas, a que utilicen sus plataformas para plantear esta cuestión y restaurar el movimiento democrático kurdo a la vista del público en general. Los kurdos, que fueron víctimas de este asesinato, seguirán luchando por la compensación de sus pérdidas públicas, privadas y nacionales ante los tribunales suecos e internacionales. La justicia será restaurada, y esperamos una disculpa por parte del Estado sueco tras 34 años de trato injusto y humillación”.
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