Antecedentes del despliegue de tropas en el Kurdistán Sur

El gobierno de Erdoğan aprovecha la inestabilidad en Irak para incluir a Bagdad y el KDP en la guerra contra el movimiento de liberación kurdo. El ejército privado de Barzani actúa como unidad de protección de la frontera iraquí en territorio guerrillero.

El Estado turco está librando una guerra contra el movimiento kurdo por la libertad y prepara un nuevo intento de invasión aprovechando las lagunas políticas y militares en la ecuación Irak, Irán y Siria.

Turquía está llevando a cabo una política de ocupación, saqueo y anexión en todo el Kurdistán y, en este contexto, está intentando incluir al Partido Demócrata del Kurdistán (KDP) y al Estado central iraquí ubicado en Bagdad en esta política explotando el equilibrio de poder existente en la región. Los conflictos entre Estados Unidos e Irán se reflejan en Irak; el país, incluida la región del Kurdistán, es inestable desde el punto de vista económico y administrativo. El Estado turco quiere utilizar los conflictos y las contradicciones entre los distintos centros de poder en Irak para destruir el movimiento kurdo por la libertad.

En las últimas nueve semanas, el gobierno de Erdoğan ha incrementado sus iniciativas políticas y diplomáticas. Se han llevado a cabo conversaciones de alto nivel en Ankara, Bagdad y Hewlêr (Erbil). El tema principal de todas las conversaciones ha sido la política contra la lucha kurda por la libertad. En estas reuniones han participado ministros de Asuntos Exteriores, ministros de Defensa y jefes de los servicios de inteligencia. El jefe de los servicios de inteligencia turcos, Ibrahim Kalın, estuvo en Bagdad el 23 de enero y en Hewlêr el 28 de enero. El ministro de Defensa, Yaşar Güler, y el jefe del Estado Mayor, Metin Gürak, visitaron Bagdad y luego Hewlêr los días 6 y 7 de febrero y se reunieron con el presidente iraquí, Abdullatif Rashid, y el primer ministro, Mohammad Shia Sudani, así como con el clan Barzani y representantes chiíes, suníes y turcomanos. Más recientemente, una delegación encabezada por el líder de Hashd al-Shaabi, Fatih al-Fayyad, se reunió con el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, en Ankara.

Tras estos acontecimientos, en los últimos días se han enviado militares a las zonas guerrilleras del Kurdistán Sur. Oficialmente, se trata de unidades de la guardia fronteriza iraquí, pero otras informaciones procedentes de la región hablan de que las tropas desplegadas en la gobernación de Duhok son exclusivamente unidades del ejército privado del clan Barzani, incluido el Servicio Secreto Parastin del KDP que lidera. Las unidades operan bajo bandera iraquí para no provocar la reacción de la población de la región. Imágenes de vídeo muestran un intenso despliegue militar en los alrededores del pueblo de Sîta y en la zona de Rêkan, cerca de Şîladizê. Las tropas del KDP avanzan hacia la región ocupada por el ejército turco como unidades de guardia fronteriza iraquí.

La cooperación del KDP con el Estado turco fue recibida con rechazo por la población. Muchos círculos han pedido al KDP que abandone esta postura. Pero a pesar de todas las advertencias, los Barzani siguen actuando junto al régimen de Erdoğan, poniendo así en peligro los logros del pueblo kurdo en el Kurdistán Sur.

Los recientes acontecimientos políticos y económicos dejan claros los parámetros de esta situación. Desde la guerra de 2003 no ha habido estabilidad en Irak, y esta situación tiene el mismo significado que el sistema que se intenta implantar en el Kurdistán Sur desde hace veinte años. Con su política llevada a cabo conjuntamente con el Estado turco, el KDP está llevando el futuro del Kurdistán Sur a un callejón sin salida. El panorama que se perfila está provocando un gran malestar entre la población.

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