Centros de asimilación del AKP en Van y Hakkari
En Van y Hakkari funcionan los llamados "centros familiares" en todas las zonas residenciales, donde se hace propaganda del AKP y de Erdogan en cursos del Corán para niños, niñas y mujeres.
En Van y Hakkari funcionan los llamados "centros familiares" en todas las zonas residenciales, donde se hace propaganda del AKP y de Erdogan en cursos del Corán para niños, niñas y mujeres.
El gobierno del AKP también trabaja en la asimilación de los kurdos a nivel social, en paralelo a su política de guerra en el Kurdistán. En Van y Hakkari, los “centros de apoyo a la familia” gestionados por los gobernadores de distrito se utilizan para este fin. En estos centros se ofrece educación religiosa durante todo el día para niños y niñas de 6 a 18 años y para mujeres. Está prohibido que los participantes en los cursos utilicen la lengua kurda.
Las mujeres del AKP anuncian los cursos en los distritos y pueblos del Kurdistán turco. Realizan visitas domiciliarias e invitan a las mujeres a las reuniones para convencerlas de los cursos.
En las clases de educación religiosa de los centros familiares, lo que se hace realmente es propaganda contra la cultura kurda y exaltación de la figura de Erdogan. Cualquier persona que hable kurdo es advertida. El contenido del curso incluye a los grandes hombres del Estado turco, la historia del AKP y especialmente la vida de Tayyip Erdogan. A las niñas y niños pequeños se les habla del más allá, del paraíso y del infierno. Los políticos del AKP y los concejales de distrito visitan los centros familiares casi a diario y los mantienen bajo constante vigilancia. Además, el AKP mantiene “centros de educación popular” en los que se ofrecen cursos de lenguas extranjeras como árabe, inglés, francés y persa. Los cursos de kurdo no existen.
Una mujer del distrito de Tuşba, en Van, contó a ANF cómo fue reclutada para impartir un curso de religión en un centro familiar: “Una noche, algunas mujeres de la gobernación del distrito vinieron a mi piso. Dijeron que habían creado un centro de apoyo a la familia en el distrito y que allí daban clases del Corán para niños y mujeres. Me instaron a ir allí también. Al día siguiente me inscribí con mis dos hijos en el curso. Pensé que allí recibiría instrucción religiosa. En cambio, sólo se hablaba del AKP y de Erdogan. Cuando hablábamos en kurdo entre nosotros, nos decían que sólo podíamos hablar en turco. Eso ocurría incluso con los niños. Como resultado, dejamos el curso”.