Las fuerzas de ocupación han secuestrado a cuatro personas de la aldea de Dar Balout, en el distrito Jindires de Afrin.

Los civiles secuestrados y llevados a un lugar desconocido fueron identificados como Hesen Ezet Hisên (44), Mihemed Ehmed Silêman (29), Îbrahîm Izedîn Heyder (38) y Elî Mistefa Îsa Urwede (30).

El Estado turco ha establecido un régimen de terror en los territorios que ha invadido junto con grupos yihadistas que están bajo su control. Delitos como el secuestro, la ejecución, la tortura, el saqueo y la migración forzada se han convertido en una rutina diaria y se cometen sistemáticamente crímenes de guerra, especialmente en el cantón de Afrin, que ha estado ocupado desde marzo de 2018.

Los secuestros de civiles son parte de la rutina diaria. En la mayoría de los casos, se exige un rescate por su liberación. En los últimos años, miles de personas han sido secuestradas y torturadas. Algunos han sido ejecutados, el destino de otros es desconocido.

En los primeros seis meses de este año, los invasores secuestraron a 346 ciudadanos, 30 de los cuales eran mujeres, y mataron a 18 ciudadanos. Por otro lado, se talaron 8.500 árboles y se quemaron más de 100 árboles, mientras que decenas de hectáreas de bosques y campos fueron quemados.

Tras la reunión de la OTAN en Madrid, España, el 30 de junio, el Estado turco ha aumentado sus crímenes contra las personas en el norte y el este de Siria, específicamente en las regiones que ha ocupado junto con aliados yihadistas.

Según la Organización de Derechos Humanos Afrin-Siria, Turquía ha aumentado sus crímenes de matar, secuestrar y acosar a ciudadanos en las regiones ocupadas para desplazar a la población local y socavar la seguridad de la región. Además, el Estado turco, que amenaza con invadir Til Rifat y Manbij, está atacando actualmente a la población civil con tanques, bombardeos y aviones de combate.