Fuerzas iraníes y turcas mataron al menos a 7 kolbars en solo un mes
Al menos 7 kolbars murieron y otros 11 resultaron heridos, en manos de las fuerzas iraníes y turcas en la región fronteriza, sólo en el último mes.
Al menos 7 kolbars murieron y otros 11 resultaron heridos, en manos de las fuerzas iraníes y turcas en la región fronteriza, sólo en el último mes.
Según la Red de Derechos Humanos de Kurdistán, al menos 7 kolbars (transportistas de carga por salario diario) perdieron la vida como resultado de los ataques de soldados turcos e iraníes, entre el 23 de agosto y el 23 de septiembre.
Los kolbar asesinados fueron identificados como Zanko Ehmedî, Zanist Hesen Nijad, Soran Mekarî, Celal Xizrî, Şehran Mihemedî, Selahedîn Osmanzade y Hesen Hendpur.
La Red de Derechos Humanos de Kurdistán declaró que los kolbars fueron el objetivo directo de ataques que también dejaron a 11 kolbars heridos.
Según la red, el cuerpo de kolbar Şeram Mihemedi no fue entregado a su familia: denuncian que los funcionarios turcos están pidiendo dinero para entregar su cuerpo.
La red también informó que cuatro kobars murieron en accidentes durante el mismo período de tiempo.
La tragedia de los kolbars
Kurdistán Oriental se hunde cada vez más en la pobreza a lo largo de los años debido a las políticas deliberadas del régimen iraní y hoy es una de las regiones más pobres de Irán. En comparación con otras regiones, el área ha experimentado una inversión significativamente menor y el desarrollo se ha frenado deliberadamente. No se permitió que la agricultura y la industria se desarrollaran y, como resultado, el desempleo aumentó, siendo el más alto de todo Irán.
Frente a políticas de discriminación, opresión y empobrecimiento, transportar mercancías de contrabando no es una opción, sino una necesidad para la supervivencia.
Kolbar proviene de las palabras kurdas, "kol" (espalda) y "bar" (carga). Los kolbars se ganan la vida llevando cargas a lo largo de la peligrosa línea fronteriza. Entre sus cargas se incluyen cigarrillos, teléfonos móviles, paños, artículos para el hogar, té y rara vez alcohol. Caminan por un terreno peligroso para continuar este comercio entre el sur y el este de Kurdistán. Los productos que traen se venden a precios elevados en Teherán, pero los kolbars que arriesgan sus vidas por ellos reciben un pago muy modesto.
Los intermediarios que toman las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkars.
Kolbars y kasibkars tienen entre 13 y 70 años. Algunos solo terminaron la escuela primaria, mientras que otros son graduados universitarios. Llevan cargas, porque no encuentran otro empleo. En los últimos 5 años, unos 300 kolbars y kasibkars fueron asesinados a sangre fría. No hay estadísticas absolutas disponibles para las muertes.
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