Güler Tunç: “El Estado libró una guerra contra el pueblo en Cizre”

Hace cinco años, fue declarado el primer toque de queda en Cizre, en la provincia kurda de Şırnak. Ayer se conmemoraron a las 21 víctimas que murieron en los primeros días de los ataques del poder estatal.

El Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ha conmemorado a las víctimas de Cizre en el quinto aniversario del primer toque de queda declarado en el distrito, situado en la provincia de Şırnak.

El 4 de septiembre de 2015 comenzó una fuerte campaña de destrucción en la región kurda. Durante aquel primer toque de queda, el Estado turco atacó el distrito con todas las fuerzas a su disposición con armamento convencional durante nueve días. El ataque, de nueve días de duración, acabó con 21 muertos, decenas de heridos y cientos de casas y apartamentos destruidos.

Con ocasión del aniversario de la masacre, la co-presidenta del distrito por el HDP Güler Tunç, quien perdió a su marido Orhan en los tristemente célebres “sótanos de Cizre”, leyó un comunicado frente a la sede del partido calificando aquella acción como una “guerra”. Dijo: “El ataque del 4 de septiembre de 2015, recordado como el primer toque de queda en Cizre, fue el comienzo de una nueva era en la región. Un Estado libró una guerra contra sus propios ciudadanos. Utilizó una violencia descontrolada y quiso encerrar a la población en sus casas. Al mismo tiempo, cortaron los suministros de agua y electricidad”.

El Estado trató de disciplinar a la gente con hambre y muerte, señaló la política del HDP, que continuó: “La gente no tenía ni comida ni agua ni electricidad. Cualquiera que abandonaba su casa en busca de suministros esenciales era atacado. Una ciudad de 150.000 habitantes fue sentenciada a muerte. El por entonces Primer Ministro, Ahmet Davutoğlu, dijo que ningún civil había muerto durante el primer toque de queda. Cuando se impuso el segundo el 14 de diciembre de 2015, dijo que brindaría paz a la ciudad. Con estas palabras, básicamente todo el distrito, con sus 150.000 habitantes, fue atacado”.

Después tomó la palabra Nuran Imir, también del HDP, y dijo que el toque de queda impuesto cinco años atrás fue una declaración de guerra contra el pueblo kurdo: “Al mismo tiempo, fue una declaración de guerra contra la co-existencia en un país democrático. Si el objetivo hubiera sido la paz y hallar una solución, no hubieran atacado y destruido todas las ciudades. Ningún poder en el mundo puede declararnos a nosotros y a nuestros hijos terroristas. Los terroristas son quienes asesinan a octogenarios y a bebés”.

Segundo asedio en Cizre

El 14 de diciembre de 2015, comenzó el segundo asedio en el distrito. Durante 79 días, el ejército turco estuvo bombardeando Cizre por tierra y aire. La policía y el ejército tenían todos los vecindarios bajo ataque; destruyeron las líneas telefónicas, los suministros de agua y electricidad, sitiaron a varios miles de personas. Los residentes que buscaron protección de los ataques en los sótanos de sus casas fueron brutalmente asesinados. En estos 79 días, las fuerzas de seguridad turcas mataron al menos a 259 personas más. Debido a este brutal ataque contra los heridos, que se atrincheraron en los sótanos de los edificios por pura supervivencia, estos sótanos son denominados “sótanos del horror”. Los cuerpos de 177 personas, entre ellos 25 menores, fueron recuperados de los escombros en los barrios de Cudi y Sur. Sólo en tres sótanos murieron 31, 62 y 50 personas respectivamente.

Caso de Orhan Tunç: “Turquía ignora la decisión urgente del TEDH”

Herido, Orhan Tunç se refugió en un sótano cuyo edificio permanecía bloqueado por las fuerzas de seguridad turcas. Su hermano, Mehmet Tunç, el co-presidente del Consejo Popular de Cizre, presentó una denuncia ante el TEDH y obtuvo una respuesta urgente de que el Estado turco debía utilizar todos los medios a su alcance para proteger el derecho a la vida y a la integridad física. El gobierno de Ankara ignoró la decisión y dejó morir al hombre. Mehmet Tunç murió unos días después, también en febrero de 2016, quemado vivo con decenas de personas en uno de los sótanos de Cizre.