Behzad Mahmudi de Kurdistán Oriental perdió la vida después de prender fuego a su cuerpo frente a la oficina de la ONU en la ciudad de Hewler en Kurdistán del Sur para protestar por las malas condiciones de vida.

Mahmudi, un ex combatiente peshmerga de Kurdistán Oriental (Rojhilat), tuvo que refugiarse en Kurdistán Sur (Bashur) debido a la sentencia de muerte que se le impuso. El joven de 25 años fue a la Oficina de Hewlêr de las Naciones Unidas (ONU) para pedir ayuda el 18 de mayo.

Mahmudî, cuya solicitud quedó sin respuesta, se quemó derramando combustible sobre su cuerpo para protestar tanto contra el gobierno regional de Kurdistán como ante la ONU frente a los periodistas que siguieron su protesta.

Habiendo sufrido heridas graves, Mahmudi falleció la mañana del 24 de mayo, tras un tratamiento en cuidados intensivos durante seis días.

Antes de prender fuego a su cuerpo, Mahmudi denunció: “¿Tengo que vivir como vivo debido a mi actividad política? ¿Es esta vida? Hemos vivido como perros callejeros durante cuatro años ".

“Si regreso a Irán, seré ejecutado. Aquí ya no tenemos albergues salvo parques públicos, mezquitas o construcciones”, advirtió.

Mahmudi, que proviene de la ciudad de Bokan, solicitó a la ONU obtener el estatus político en 2017. Mahmudi dijo que el KDP sometió a los refugiados kurdos a la hambruna porque la ONU no cumplió con sus solicitudes de asistencia.