Prohibieron la visita de una delegación de la Alianza del Kurdistán a los trabajadores temporeros kurdos en el distrito de Mazıdağı de Mardin, quienes fueron víctimas de un intento de linchamiento en la provincia de Sakarya, en el oeste de Turquía, la semana pasada. Los militares levantado barreras en el camino hacia la aldea de los trabajadores de la cosecha y bloquearon el acceso en una gran parte del área. La prohibición de ingreso fue argumentada con un decreto de la autoridad sanitaria local que puso en cuarentena a la aldea de la familia Demir debido a las medidas pandémicas. La co-vicepresidenta del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Meral Danış Beştaş, describió el procedimiento como puramente arbitrario ya que no hay infecciones por coronavirus en la aldea.
"El ataque por motivos raciales en Sakarya es un reflejo del enfoque de la alianza gubernamental hacia la parte kurda de la población", aseguró Danış Beştaş, acusando a la coalición AKP/MHP de separatismo. "Quienes impidieron nuestra visita de hoy, durante la cual solo queríamos expresar nuestros deseos de recuperación a las víctimas, son también los que hasta ahora no han dicho una sola palabra sobre el intento de linchamiento en Sakarya", explicó la diputada.
Beştaş, al comentar que la gente fue atacada simplemente porque hablaba kurdo, dijo: “El hecho de que los kurdos no se movieron libremente en el país es extremadamente peligroso. Me gustaría subrayar una vez más nuestra preocupación: queremos prevenir una posible guerra civil. El pueblo turco debería reaccionar de la manera más ruidosa ante este peligro amenazante".