Sarya Marînos, miembro de la Asociación de Familias de Mártires y del Consejo de Ishtar, ha hablado del trabajo de las mujeres que viven en el campamento de refugiados de Mártires Rüstem Cudi (Makhmur).
Sarya ha afirmado que las madres se ocupan tanto de las tareas domésticas como de las instituciones, y ha agregado: “Las madres lo hacemos todo ahora. También realizamos el trabajo institucional sin dudarlo. Vamos a la institución por la mañana y hacemos nuestros planes. Visitamos a las familias de los mártires. Todos los miércoles preparamos un programa para nuestra gente en el campamento de Makhmur. La Asociación de Familias de Mártires es un lugar sagrado para nosotras. Nuestro trabajo se fortalece cada año. Cuando vas a la institución, te sientes diferente. Sentimos que podemos respirar aquí.
En el pasado, todo el trabajo lo hacían las mujeres, pero su trabajo no se veía. Tras la aparición del PKK, se produjeron muchos cambios. Ahora las mujeres pueden hacer cualquier trabajo en cualquier campo. Nuestras heroínas cumplen ahora con sus deberes tanto en las montañas como entre el pueblo. Gracias a los pensamientos e ideas de Rêber Apo [Abdullah Öcalan], las mujeres llegaron a conocerse a sí mismas. Porque Rêber Apo dio un gran valor a las mujeres. Ahora las mujeres tienen poder y un ejército”.
Nadie puede ponerse delante de una mujer que quiere superarse
Haciendo hincapié en que las mujeres ya no son esclavas como antes, Sarya Marînos ha señalado rompieron la antigua mentalidad con su poder. “Nos dijeron que nos quedáramos en casa y cuidáramos de nuestros hijos e hijas, pero no lo aceptamos”, ha dicho Marînos, y ha añadido: “Los dos trabajamos fuera y cuidamos de nuestros hijos e hijas. Nadie puede interponerse en el camino de una mujer que quiere mejorar. Las mujeres pueden mejorar en todos los campos. Las mujeres deben proteger su trabajo. Está en manos de las madres. El trabajo de las mujeres ha sido ignorado durante años. El PKK dio a las mujeres una oportunidad y debemos protegerla”
Marînos también ha dicho que trabajaba tanto en casa como en dos instituciones, y ha llamado la atención sobre el hecho de que las mujeres pueden conseguir muchas cosas si quieren. Afirmando que trabajan para los mártires y las mujeres, Marînos ha concluido su discurso con las siguientes palabras: “Las mujeres han sido oprimidas a lo largo de los años, pero ahora podemos decir que han despertado de su sueño de muerte. El trabajo que realizamos es para nosotras, las mujeres. Aunque me dedique a las tareas domésticas, trabajar en la institución nunca me cansa, porque también es una forma de liberar mi ira. Trabajar en la institución me hace muy feliz”.