Las violaciones de derechos en las prisiones han alcanzado recientemente dimensiones que amenazan el derecho fundamental a la vida. Según los datos publicados en el sitio web oficial del Ministerio de Justicia, Dirección General de Prisiones, a 1 de diciembre de 2022, 336.315 personas están recluidas en instituciones penitenciarias, muy por encima de la capacidad total de 286.797 personas. De hecho, hay 49.515 detenidos más en las prisiones. Según la Asociación de Derechos Humanos (IHD), el número de presos enfermos ascendió a 1.600. En un año, 76 detenidos murieron en las cárceles, y muchos más fallecieron poco después de una liberación tardía.

El copresidente de IHD, Öztürk Türkdoğan, evaluó el alcance de las violaciones de derechos en las prisiones, las posibles soluciones y los efectos de la profundización del aislamiento en la isla de Imralı.

17 presos enfermos en 2007, 1.600 en 2022

Türkdoğan hizo hincapié en que se violan muchos derechos sanitarios, ya que los presos están recluidos en un entorno cerrado y superpoblado. "Por lo que hemos podido determinar, en 2007, el número de presos enfermos era de 17 personas. En 2022, esta cifra ha alcanzado los 1.600. Y estimamos que el número real es entre 3 y 4 veces superior al que pudimos detectar".

Al menos 70 presos muertos en 2022

Al afirmar que el número de detenidos que perdieron la vida en 2022 superó los 70 hasta donde se pudo determinar, Türkdoğan dijo que las violaciones del derecho a la salud afectan directamente a la violación del derecho a la vida. Recordó la declaración del Ministerio de Justicia en agosto, y dijo: "El ministro declaró que harían un cambio de ley que resolvería la cuestión del examen médico con esposas y garantizaría la liberación de los presos enfermos. Esperamos que se tomen las medidas necesarias lo antes posible para que no pierdan la vida más personas".

El aislamiento en Imrali se extiende a otras cárceles

Türkdoğan afirmó que las prácticas de aislamiento aplicadas en la prisión de Imralı se extendieron a todas las cárceles del país y añadió: "Antes de que se estableciera la prisión de Imralı, las autoridades llevaron a cabo un ensayo a principios de los años 90. Pero este juicio fue abandonado como resultado de la resistencia llevada a cabo por los presos. Este proceso comenzó de nuevo en Imralı en el 99. En la década del 2000, se introdujeron prisiones de tipo F y este sistema se amplió aún más. Se construyeron nuevas prisiones de "alta seguridad"".

Haciendo hincapié en la necesidad de oponerse al aislamiento, Türkdoğan dijo: "Si no nos oponemos al estricto aislamiento impuesto a Abdullah Öcalan por su identidad política, si permanecemos en silencio, esta violación seguirá extendiéndose. Si hay leyes en este país, deben cumplirse para todos. Si no te gusta la ley, también debería recurrirse. Exigimos que se cambien las leyes. Si hay un lugar llamado prisión de Imralı en este país, si Abdullah Öcalan y otros presos están recluidos allí, ¿por qué no se les permite ser visitados por sus familias y abogados? Esto allana el camino a las prácticas arbitrarias".

La oposición debe estar preocupada

Tras subrayar que la oposición en Turquía también adopta una actitud discriminatoria, Türkdoğan afirmó que, por encima de todo, debería adoptarse un enfoque humanitario cuando se trata de los derechos humanos y los derechos de los presos. "Supongamos que un diputado del CHP es encarcelado y no se le permite ver a nadie durante un mes. Se desataría el infierno en este país. Sin embargo, no ha sido posible comunicarse con 4 ciudadanos de este país durante casi 2 años. ¿Por qué la oposición no está preocupada por esta situación? El aislamiento puede parecer que se aplica a una zona limitada, pero hay que subrayar lo extendidos que están sus efectos. En este punto, con el modelo penitenciario de tipo alto, las personas serán llevadas a una habitación solas y se verán privadas de muchos derechos. Aquí es donde entra en juego el sistema. La forma de oponerse a esto es a través de Imralı. En primer lugar, es necesario adoptar un enfoque humano".