La periodista kurda Nazila Maroofian ha sido puesta en libertad tras cinco semanas en la prisión de Evin, en Teherán.
La joven de 23 años publicó una foto suya en la plataforma X (antes Twitter), en la que aparece sonriendo y mostrando el signo de la victoria a la salida de la prisión. Según grupos de derechos humanos, el régimen dejó en libertad a Maroofian después de que pagara su fianza.
Maroofian lleva encarcelada en la prisión de Evin, en la capital iraní, Teherán, desde principios de julio. Era la segunda vez en pocos meses.
Unos días antes de su detención, funcionarios del Servicio Secreto habían registrado su domicilio y le habían pedido que hablara con el fiscal. Cuando accedió a esta petición, el 8 de julio, fue detenida. Durante mucho tiempo no estuvo claro cuáles eran las acusaciones contra ella. Ahora se sabe que tiene que volver a defenderse de la acusación de "propaganda contra el Estado".
Nazila Maroofian estudia en la Universidad Allameh Tabatabai de Teherán y actualmente trabaja para la plataforma mediática independiente Rouydad 24. Es originaria de Seqiz, en el Kurdistán oriental, ciudad natal de Jina Mahsa Amini. La muerte violenta de la joven de 22 años bajo custodia de la policía moral iraní el pasado septiembre desencadenó la revolución "Jin, Jiyan, Azadî", la mayor oleada de protestas que ha vivido la República Islámica de Irán desde su fundación en 1979.
El 19 de octubre, Maroofian publicó una entrevista con el padre de Amini, Amjad, en el sitio web Mostaghel. En ella, Amjad Amini rechazaba la información oficial según la cual la muerte de su hija se debió a una enfermedad.
El título de la entrevista, que fue retirado poco después de su publicación, era claro: "El padre de Mahsa Amini: ¡Están mintiendo!". Pocos días después, Maroofian fue detenida en Teherán y llevada por primera vez a la prisión de Evin. Allí fue sometida a amenazas durante los interrogatorios y a tortura psicológica. La encerraron en una celda de aislamiento y sufrió dos infartos leves al principio de su encarcelamiento.
Finalmente, a finales de enero, Maroofian fue condenada a dos años de prisión, con suspensión de la pena a cinco años de libertad condicional, por "propaganda contra el régimen" y "publicar mentiras con la intención de perturbar a la opinión pública".
El Tribunal Revolucionario de Teherán también le impuso una multa y la prohibición de salir del país durante cinco años. En ese momento, Maroofian ya había quedado en libertad bajo fianza de 600 millones de tomans. En junio, pocas semanas antes de ser detenida de nuevo, fue golpeada por las "fuerzas de seguridad" en Teherán y se le prohibió ejercer cargos públicos por desobedecer el código de vestimenta del régimen, ya que no llevaba hiyab.
Hace una semana, el sábado, Maroofian ingresó en el hospital Taleghani de Teherán por falta de aire y taquicardia. Al cabo de unas horas, abandonó la clínica y fue trasladada a la sección de mujeres de la prisión de Evin. Se desconoce si su puesta en libertad está relacionada con su estado de salud.