El momento no puede ser más revelador, paralelamente al inicio de la nueva invasión turca en la región de Metina y al viaje del líder del régimen turco Erdoğan al Kurdistán del Sur e Irak, el Estado belga golpea a los medios de comunicación kurdos.

Durante la noche, la policía irrumpió en los estudios de Stêrk TV y Medya Haber TV en Denderleeuw, cerca de Bruselas. Los estudios fueron rodeados y se prohibió a los empleados entrar en el edificio. La policía registró los locales entre las 2 y las 6 de la madrugada. Los canales fueron literalmente saboteados. La policía confiscó ordenadores y equipos técnicos y destruyó muchos otros sistemas técnicos. Al parecer, para impedir nuevas transmisiones, cortaron los cables.

Asimismo, rompieron la puerta de la sala desde la que se realizan las emisiones y destruyeron el equipo que había dentro. Los guardias de seguridad de la cadena de televisión fueron esposados y obligados a tumbarse en el suelo. Según los informes, las agresiones policiales se repitieron una y otra vez. Al cabo de cuatro horas, la policía volvió a marcharse.

Medios de comunicación kurdos: "A la calle contra los ataques a la prensa"

Las cadenas de televisión reaccionaron inmediatamente a los ataques y declararon: "Hacemos un llamamiento al público para que acuda a los lugares de las redadas y ponga fin a esta acción ilegal". Los medios de comunicación situaron la redada en el contexto de una amplia operación de exterminio antikurdo y declararon conjuntamente: "Las visitas de funcionarios del gobierno turco a EEUU, Irak e Irán, los acuerdos con el KDP kurdo del sur y la visita del presidente turco Erdoğan a Irak y a la familia Barzani son los últimos intentos de hacer realidad este concepto de aniquilación. El ataque invasor contra Metina representa la dimensión militar de esta operación de aniquilación.