La responsable de Protección en ACNUR, Gillian Triggs, ha declarado esta mañana: “Necesitamos prestar atención de forma urgente a la situación de las mujeres y niñas refugiadas, desplazadas y apátridas en el momento de esta pandemia. Ellas están entre las que corren un mayor riesgo. No se deben dejar las puertas abiertas a los abusadores y no se debe escatimar la ayuda para las mujeres que sobreviven a los abusos y la violencia”.
Triggs ha añadido: “Las políticas de confinamiento, los encierros y las cuarentenas adoptadas en todo el mundo como respuesta a la pandemia han dado lugar a una restricción de los movimientos, una reducción de la interacción con la comunidad, el cierre de los servicios y el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas. Estos factores están exacerbando considerablemente los riesgos de violencia en la pareja. Algunas mujeres podrían terminar confinadas en sus refugios y viviendas, atrapadas con sus abusadores sin la oportunidad de distanciarse de ellos o buscar el apoyo de otras personas. Otras, incluidas las que carecen de documentación o las que han perdido medios de vida precarios, como resultado de la devastación económica que ha infligido el Covid-19, pueden verse obligadas por sus familiares a mantener relaciones sexuales de supervivencia o a contraer matrimonios infantiles. Dentro del hogar, muchas mujeres también están asumiendo mayores cargas como cuidadoras”.
ACNUR está distribuyendo incluso asistencia de emergencia en efectivo para apoyar a los supervivientes y a las mujeres en situación de riesgo. También se están coordinando medidas en todo el sector humanitario para asegurar que se mitiguen los riesgos de violencia sexual y por motivos de género en todas las intervenciones sectoriales, incluida, entre otras, la respuesta sanitaria de emergencia.