Fatma Kılıçaslan de la Asamblea de Mujeres del Congreso Democrático de los Pueblos (HDK) subraya que el ambiente para muchas mujeres obligadas a permanecer en sus casas durante la pandemia es extremadamente peligroso.

Muchas mujeres que tratan de protegerse del riesgo del coronavirus están expuestas a la violencia machista en sus hogares, dice Kılıçaslan, que ha enfatizado que la violencia machista en marzo se incrementó en un 38% comparado con el mismo mes del año pasado.

Kılıçaslan subraya que las mujeres que sufren la violencia a manos de hombres de su entorno próximo durante la pandemia se ven obligadas a estar encerradas con ellos. «La responsabilidad de protegerlas y tomar medidas recae en el estado, sin embargo, las mujeres y niños se ven obligadas a luchar por su vida en solitario ante el riesgo del Covid-19 y el virus de la mentalidad masculina».

Kılıçaslan expresa que algunos países han tomado medidas concretas para paliar la violencia contra las mujeres en un proceso como este pero que «en Turquía no hay suficientes medidas. En particular, las mujeres que han solicitado plazas en albergues no son aceptadas, se les envía de vuelta a sus casas. De nuevo, las mujeres que han sido sometidas a violencia en este proceso se encuentran con graves dificultades a la hora de tomar la decisión de marcharse».

La dirigente del HDK también recuerda que el hecho de que mujeres políticas, intelectuales y periodistas no hayan sido incluidas en la reforma penal «es una clara indicación que su derecho a la vida ha sido usurpado. Con esta reforma, el estado aplica una ley contra las mujeres, la infancia, los trabajadores y los oprimidos en su conjunto».

Otro ataque que se ha convertido en sistemático en este proceso fue “el ataque contra el sistema de copresidencias, que implica la representación igualitaria y uno de los logros de las mujeres. Los fideicomisarios nombrados en los ayuntamientos usurpados son hombres».

La mentalidad militarista es más peligroso que el virus

Fatma Kılıçaslan enfatiza que el gobierno ha dejado de lado la lucha contra la pandemia y ha continuado sus políticas de ocupación en Siria. La dirigente insiste que el AKP quiere profundizar su guerra con el despliegue militar acaecido en Idlib y Libia.

Recordando que 3 mujeres han perdido sus vidas en el ataque aéreo contra el campo de refugiados de Makhmur, Kılıçaslan denuncia que «la situación muestra que la mentalidad militarista es más peligrosa que el virus».

“Siempre estaremos a favor de la paz. A no ser que las mujeres organicen sus fuerzas e incrementen su consciencia, no se tomarán acciones para liberar a las mujeres de la espiral de violencia y explotación. Las mujeres deben incrementar su solidaridad y lucha. Somos las que estableceremos una nueva vida libre, democrática y ecologista».

La Asamblea de Mujeres de la HDK ha emprendido acciones y campañas para proveer de apoyo económico, legal y psicológico a las mujeres.