Nesrin Akgül vuelve a ser detenida un año y medio después de su liberación
La activista Nesrin Algül pasó 14 años de su vida tras las rejas. Ahora ha vuelto a ser detenida en Kocaeli y enviada a prisión.
La activista Nesrin Algül pasó 14 años de su vida tras las rejas. Ahora ha vuelto a ser detenida en Kocaeli y enviada a prisión.
La activista kurda Nesrin Akgül, que había sido puesta en libertad en febrero de 2022 tras catorce años de prisión en Turquía, ha sido encarcelada de nuevo.
El miércoles por la mañana, Akgül fue detenida en Kocaeli sobre la base de una condena en otro juicio y llevada ante un magistrado. Tras la lectura de la orden de detención, fue trasladada a la prisión de mujeres de Gebze.
Nesrin Akgül es una aleví kurda de Muş. En 2008, a la edad de 27 años, fue detenida en Van y condenada a 18 años de prisión por pertenencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo kurdo que defiende su identidad y libertad por medio de la autodefensa tras décadas de ataques, violaciones, negación y genocidios perpetrados contra su pueblo por parte del Estado turco. Antes de eso, militó durante mucho tiempo en la asociación juvenil HADEP. Durante sus muchos años de encarcelamiento, estuvo recluida en las prisiones de Amed (Diyarbakir en turco), Şakran en Izimr, Bakirköy en Estambul y más recientemente en Kandira. Junto con otras presas de Şakran escribió cartas a Abdullah Öcalan, y en 2014 recibió una respuesta dirigida a todas las mujeres encarceladas en su nombre
En la prisión de mujeres de Bakirköy, formó parte de una huelga de hambre iniciada por la política kurda presa Leyla Güven contra el aislamiento de Abdullah Öcalan en noviembre de 2018. Nesrin Akgül participó en la huelga de hambre desde mediados de enero de 2019 hasta convertir la protesta en un ayuno de muerte que acabó en abril de aquel mismo año. La multitudinaria huelga de hambre puso fin el 26 de mayo de 2019 después de que los abogados de Öcalan pudieran visitar a su cliente en la isla-prisión de Imrali donde lleva 25 años preso en total aislamiento. Öcalan dijo en aquel momento que la lucha había logrado su objetivo principal, y que consideraba que el futuro las protestas debían dirigirse contra el enemigo y no contra los propios activistas, quienes considera que es immportante que "estén bien física, espiritual y mentalmente" para poder llevar a cabo su lucha.
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