En muchas ciudades de Turquía, se recordó a las víctimas del cruel ataque en Suruç y se exigió justicia. En el ataque de hace seis años, 33 personas, principalmente jóvenes, fueron asesinados por un asesino del ISIS, otros 104 resultaron heridos, algunos de gravedad.
El ataque se produjo cuando 300 jóvenes se reunieron en el Centro Cultural Amara por convocatoria de la Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas (SGDF) para realizar una rueda de prensa antes de partir hacia Kobanê. El viaje planeado al norte de Siria estaba destinado a ser un acto de solidaridad. Los jóvenes querían llevar juguetes para niños y suministros de ayuda humanitaria a la ciudad destruida por el ISIS.
Una de las conmemoraciones tuvo lugar en el lugar del crimen en Suruç. Al evento asistieron los diputados del HDP Nimetullah Erdoğmuş, Ayşe Sürücü, Nusrettin Maçin y Ömer Öcalan, la vicepresidenta de ESP Beycan Taşkıran, la alcaldesa Hatice Çevik, quien fue depuesta por el Ministerio del Interior, Tanya Kara de la junta del SGDF y muchas otras personas.
Los participantes se reunieron en la sede local del HDP y caminaron unidos desde allí hasta el Centro Cultural Amara. En el camino, la policía detuvo a la gente, la registró y confiscó fotos de las víctimas.
Se colocaron claveles en el jardín del centro cultural donde el atacante suicida se inmoló el 20 de junio de 2015. Los participantes desplegaron una pancarta con fotos de las víctimas y guardaron un minuto de silencio. Luego cantaron, "Justicia para Suruç, justicia para todos" y "Şehîd namirin" (Los mártires son inmortales).
Tanya Kara declaró en un discurso: "Estábamos destinados a ser aniquilados, ellos no tuvieron éxito. Estamos aquí. Los 33 viajeros de ensueño viven en la revolución de Rojava".
Beycan Taşkıran señaló la responsabilidad del estado en un discurso: "En este país, la gente muere en masacres estatales. No nos doblegaremos ante el dictador fascista y continuaremos exigiendo responsabilidades".
La policía prohibió una visita prevista al cementerio donde están enterrados Kasım Deprem y Osman Çiçek después de la ceremonia de conmemoración. El cementerio estaba acordonado con vehículos blindados y solo se permitía el paso a familiares y diputados. La multitud protestó contra esto e hizo una declaración frente al cementerio. El diputado del HDP, Ayşe Sürücü, condenó la represión policial: "Ni siquiera te permitirán rezar una oración en el cementerio". La ex alcaldesa Hatice Çevik agregó: "Conocemos a nuestros asesinos y continuaremos luchando para construir una vida libre e igualitaria".