Al menos 157 trabajadores murieron en el trabajo en septiembre, según el informe mensual del Observatorio de Salud y Seguridad Laboral (ISIG).

El informe añade que en los nueve primeros meses del año murieron 1.359 trabajadores.

Al menos 120 trabajadores murieron en enero, 109 en febrero, 122 en marzo, 129 en abril, 176 en mayo, 189 en junio, 171 en julio y 186 en agosto.

Entre los trabajadores asesinados, 1.173 (86%) eran trabajadores asalariados (obreros y funcionarios) y 186 trabajaban por cuenta propia (comerciantes y agricultores).

Sólo 39, el 2,86%, de los trabajadores asesinados estaban sindicados, mientras que 1.320, el 97,14%, no estaban afiliados a ningún sindicato.

86 de los trabajadores fallecidos en lo que va de año eran mujeres, mientras que 1.273 eran hombres. Murieron 21 niños trabajadores (menores de 15 años) y 31 niños trabajadores de entre 15 y 17 años.

El ISIG no pudo confirmar las edades de 76 trabajadores, pero 212 trabajadores tenían entre 18 y 27 años, 659 tenían entre 28 y 50 años, 280 tenían entre 51 y 64 años y 80 eran mayores de 65 años.

75 trabajadores refugiados han muerto en el trabajo desde el comienzo del año. 33 eran de Siria, 16 de Afganistán, 4 de Uzbekistán, 3 de Irán, 6 de Turkmenistán y un trabajador de Azerbaiyán, Bielorrusia, Indonesia, Irak, Kuwait, Rusia, Pakistán, Serbia, Ucrania y Grecia.

El mayor número de muertes se produjo en el sector de la agricultura y la silvicultura, con 275, de los cuales 141 eran trabajadores y 134 agricultores.

269 trabajadores fallecidos trabajaban en el sector de la construcción y la carretera, 163 en el sector del transporte, 79 en el sector del comercio, la oficina, la educación y el cine, y 79 en el sector del metal.

El ISIG no pudo identificar los sectores de 38 trabajadores.