Desde el inicio de la huelga de hambre se aprecia un relevante aumento de la represión contra los presos, especialmente dirigida a quienes la están llevando a cabo.
Tras el inicio de la huelga de hambre por la copresidenta del DTK y diputada del HDP por Hakkari, Leyla Güven, para demandar el fin del régimen de aislamiento del representante del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan, cientos de presos se unieron a la causa e iniciaron un ayuno indefinido.
La represión contra los presos ha aumentado desde entonces, y está especialmente dirigida contra quienes están llevando a cabo la huelga de hambre.
Teymur Enes, de Rojava, es un preso político encerrado en la cárcel de Izmir Şakran, donde está cumpliendo cadena perpetua.
Enes inició una huelga de hambre indefinida, junto con 39 compañeros, el 27 de febrero.
Teymur Enes, quien lleva encarcelado 20 años, y otros presos en huelga de hambre, han sido objeto de una gran represión y ataques continuados por parte de la administración de la prisión.
Mientras continúa la prohibición de las cartas, ahora la administración de la prisión también ha intervenido las cuentas de los presos, en las que no se puede depositar dinero.
