Austria introducirá prisión preventiva para los condenados por delitos de terrorismo tras el ataque mortal de la semana pasada, dijo ayer el canciller Sebastian Kurz.

Incluso si las personas han cumplido sus sentencias por delitos de terrorismo pero aún no se les considera completamente desradicalizadas, “haremos posible que se encierre a esas personas con el fin de proteger al público”, dijo Kurz en una rueda de prensa tras una reunión de gabinete.

En algunos casos, las personas recién liberadas serán monitoreadas con un brazalete electrónico de tobillo o una pulsera, dijo Kurz, sin explicar exactamente cuándo se usaría este método en particular o cuándo se aplicaría la prisión preventiva.

Las medidas forman parte de un paquete que se presentará a los parlamentarios para su aprobación en diciembre.

“Es una intervención dura, pero desde mi punto de vista, un paso necesario para minimizar la amenaza a nuestra población”, añadió Kurz.

Kurz también dijo que planean quitar la ciudadanía austríaca a los ciudadanos con doble nacionalidad condenados por delitos de terrorismo.

El atacante en Viena había sido previamente encarcelado por tratar de viajar a Siria para unirse al Estado Islámico, y fue liberado anticipadamente con la condición de que participara en un programa de desradicalización.

Las personas condenadas por delitos relacionados con el terrorismo también podrían ser privadas de las prestaciones sociales y se les podría retirar el permiso de conducir, dijo Kurz.