Berkin Elvan tenía 14 años cuando intentó solo comprar pan durante las protestas de Gezi en Estambul el 16 de junio de 2013 y recibió un disparo de gas lacrimógeno en la cabeza. Después de nueve meses en coma, murió el 11 de marzo de 2014 por la herida de bala que le infligieron. Al final solo pesaba 16 kilogramos.

Si Berkin Elvan no hubiera sido atacado por la policía, hoy habría cumplido 21 años. La Asociación de Estudiantes de Secundaria aprovechó su cumpleaños como una oportunidad para conmemorarlo en la escena del crimen en el distrito de Okmeydanı en Estambul.

Como casi todas las protestas, vigilias y eventos de conmemoración pública, esta reunión tuvo lugar bajo un bloqueo policial. Gülsüm Elvan, la madre del niño asesinado, tenía palabras claras para la acción de las autoridades: "La policía debería estar avergonzada hasta el suelo. Ustedes deben ser compadecidos".

Ella dijo que le hubiera gustado celebrar el cumpleaños de su hijo de una manera diferente. "Pero Berkin está vivo, no está muerto. Todos estos niños aquí son Berkin", dijo Elvan, exigiendo justicia para todos los niños asesinados por las fuerzas de seguridad turcas.

En memoria de Berkin, los estudiantes dejaron que las linternas se elevaran hacia el cielo. Nazlı Yöyler, de la Asociación de Estudiantes, llamó la atención en un discurso sobre la lucha por la justicia para Berkin Elvan y recordó que la inspección de la escena del crimen en el juicio por la muerte del niño se ordenó solo unos seis años después del ataque mortal. "Estas linternas del cielo nos representan como un signo de justicia. Son linternas para Berkin, para Ceylan Önkol, para los 33 viajeros de ensueño que fueron asesinados en Suruç y todos los demás niños que fueron asesinados. Continuaremos nuestra lucha por la justicia".