Pascal Torre y Annick Samouelian, co-presidentes de la Coordinación Nacional para la Solidaridad con Kurdistán (CNSK), escribieron una carta abierta al presidente francés Emmanuel Macron, pidiéndole que abandonara su política hipócrita hacia las y los kurdos.
“Los kurdos no pueden ser utilizados como variable de ajuste en el altar de las relaciones políticas y económicas entre Francia y Turquía”, subraya la carta publicada en el periódico Humanité, que dice lo siguiente:
“Señor Presidente de la República,
Desde hace varios meses asistimos a una importante intensificación de la represión contra los kurdos de Francia. A figuras destacadas como Remzi Kartal, la figura kurda más destacada de Europa y copresidente de Kongra-Gel, se les ha prohibido entrar en Francia. Los procedimientos infundados contra activistas están dando lugar a sentencias cada vez más severas, mientras que la práctica opaca y arbitraria de congelar activos está socavando gravemente los derechos humanos.
La retirada del estatus de refugiado se está generalizando y provoca detenciones y deportaciones a Turquía. Los actos que se les imputan no son en modo alguno reprobables, ya que implican la participación en la vida de una asociación kurda, reuniones con representantes electos de la República, manifestaciones y discursos públicos o recaudación de fondos. Estas personas nunca han sido condenadas y sus actividades son legales y pacíficas, de conformidad con la legislación francesa.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la propia Unión Europea se han hecho eco de las vulneraciones de libertades y violaciones de derechos fundamentales que sufren los kurdos y las fuerzas democráticas en este país. Casi 60.000 presos políticos, torturados y maltratados, son calificados de ´terroristas´ por un poder judicial que recibe órdenes de un gobierno autocrático. Los arrestos diarios, centenares, ahora son ilimitados.
Al actuar de esta manera, el gobierno francés cumple y se anticipa a las crecientes demandas del gobierno turco, reforzando la represión y la negación del pueblo kurdo. Las recientes órdenes de abandonar el territorio francés para activistas perseguidos por el gobierno de Ankara ponen en peligro la vida de personas que comparten nuestros valores humanistas.
No hay justificación para esto. Los kurdos respetan las reglas democráticas de Francia y nunca han cometido el más mínimo acto de violencia en nuestro territorio, pero por otra parte han sido víctimas de ataques asesinos en nuestro suelo. Nadie puede permanecer indiferente a su compromiso inquebrantable con la lucha contra DAESH (ISIS), a costa de sacrificios inconmensurables para protegernos.
Las autoridades francesas no pueden pretender, por un lado, darles apoyo diplomático y recibir una delegación de combatientes kurdos y, por otro, perpetuar una política de estigmatización y coerción contra estas mujeres y hombres que han llegado a Francia en busca de protección y refugio. Usted comprenderá, señor Presidente de la República, que esta doble postura es inaceptable. Los kurdos no pueden ser héroes en Medio Oriente y ´terroristas´ aquí al mismo tiempo.
Es lamentable que las organizaciones de derechos humanos, que han trabajado en condiciones difíciles por los derechos del pubelo kurdo en Turquía, Irán, Siria e Irak, ahora se vean obligadas a dedicar sus energías a los kurdos que viven en nuestro país.
La lucha contra las organizaciones ´terroristas´ no puede librarse sin el necesario discernimiento, en particular respecto de los kurdos. La inclusión del PKK en la lista de organizaciones terroristas, a petición exclusiva de Turquía, es infundada. Sirve para criminalizar un movimiento que lucha contra el oscurantismo, defiende la libertad, la paz y los derechos humanos, y con el que el gobierno francés mantiene relaciones. Los kurdos no pueden utilizarse como variable de ajuste en el altar de las relaciones políticas y económicas entre Francia y Turquía.
Las organizaciones miembros de la Coordinación Nacional de Solidaridad con Kurdistán (CNSK) esperan un saludable cambio de dirección por parte de las autoridades francesas para que cesen estas oleadas de represión y para que se conceda protección a esta comunidad kurda amenazada y ya afligida en Francia”.