En un llamamiento bipartidista al Departamento de Estado de Estados Unidos, los congresistas estadounidenses han pedido que se suspendan las licencias de exportación de tecnología bélica a Turquía. El programa de aviones no tripulados de Ankara desestabilizaría varias regiones del mundo y amenazaría los intereses de Estados Unidos y sus aliados, según dice la carta escrita por David Cicilline (Demócratas) y Gus Bilirakis (Republicanos). En ella se pide al ministro de Asuntos Exteriores, Antony Blinken, que revele información sobre los efectos de la proliferación, el uso y la venta de aviones no tripulados turcos y si Turquía está utilizando tecnología estadounidense en el desarrollo de sus máquinas de matar. Todas las licencias de exportación de armas y bienes militares, continúa, deberían ser comprobadas para ver si son compatibles con el código de conducta para dichas exportaciones y con los estatutos de la OTAN.
“Le escribimos para expresar nuestra preocupación por el programa turco de vehículos aéreos no tripulados (UAV) armados, que está desestabilizando varias regiones del mundo y amenazando los intereses de los Estados Unidos, sus aliados y sus socios”, escribieron Cicilline y Bilirakis a Antony Blinken. “El año pasado, los drones turcos fueron utilizados por Azerbaiyán contra civiles armenios en Nagorno Karabaj, en Siria contra las fuerzas kurdas que cooperan con los Estados Unidos en la guerra contra el ISIS y en la guerra civil libia. Turquía ha concluido acuerdos para la venta de aviones no tripulados a Polonia y Pakistán y está debatiendo la producción conjunta de aviones no tripulados armados y sistemas antidrones con Rusia y Pakistán. Turquía también ha anunciado su intención de establecer una base permanente de drones en el Chipre ocupado, donde se desplegarían desde barcos para realizar ataques anfibios”.
El potencial de estos aviones no tripulados para desestabilizar aún más los puntos conflictivos del Cáucaso, el sur de Asia, el Mediterráneo oriental, Oriente Medio y el norte de África es demasiado grande para ignorarlo, subrayan los congresistas en su llamamiento. También citan al teniente general retirado Mike Nagata, quien dijo que los drones turcos son “parte de un desafío mucho mayor” en las futuras relaciones entre Turquía y los Estados Unidos y la OTAN.
La carta agrega: “También queremos señalar que las pruebas del campo de batalla de Artsakh confirman que los drones Bayraktar de Turquía contienen piezas y tecnología de empresas estadounidenses y de filiales de empresas extranjeras con sede en los Estados Unidos. Solicitamos un informe del Departamento de Estado en el que se detallen las posibles ramificaciones de la proliferación, el empleo y la venta de aviones no tripulados por parte de Turquía, si Turquía está desarrollando o no aviones no tripulados con materiales o tecnologías que violarían las sanciones actualmente impuestas y si las acciones de Turquía constituyen otra violación de las normas y los estatutos de la OTAN. Además, instamos a que se suspenda de inmediato cualquier permiso de exportación de tecnología estadounidense para aviones no tripulados a Turquía, a la espera de una revisión del Departamento de Estado”.