Según fuentes de seguridad, el martes 9 de febrero fueron ejecutadas en la prisión de Nasiriyah cinco personas cuyas sentencias fueron aprobadas por el presidente.

La firma del Presidente es necesaria para la ejecución. Según fuentes de la presidencia iraquí, se aprobaron los expedientes de ejecución de más de 340 personas.

La mayoría de estas decisiones fueron aprobadas por los anteriores presidentes, pero continuaron bajo Berhem Salih, que está en el cargo desde 2018. Salih dice que está personalmente en contra de la pena de muerte.

En 2019 hubo 100 ejecuciones en Irak. Esto corresponde a una de cada siete ejecuciones en el mundo.

En enero, dos atentados suicidas perpetrados por mercenarios del ISIS que mataron a 32 personas en Bagdad conmocionaron al país. No había habido atentados de este tipo en Bagdad desde 2017.

Berhem Salih ha sido acusado de "no aplicar las normas de ejecución" contra los miembros del ISIS en las redes sociales desde la última masacre.

Human Rights Watch ha reaccionado diciendo que hay nuevas pruebas de que "la pena de muerte se ha utilizado como herramienta política."

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, declaró a finales de 2020 que en Irak se producen con frecuencia casos injustos y violaciones de derechos.