La policía turca atacó a Emine Şenyaşar y a su hijo Ferit, que llevan 17 días realizando una sentada frente al juzgado de Urfa, exigiendo justicia para sus tres familiares asesinados en 2018 y para otro miembro de la familia que está en prisión.

La familia Şenyaşarlar acudió al juzgado por la mañana con sus reivindicaciones escritas en tarjetas que colocaron en caballetes.

La policía se acercó a la familia y dijo que no permitiría que las tarjetas pegadas a los caballetes fueran pintadas, ya que el tribunal es un "edificio público". La policía confiscó entonces los caballetes. Ferit Şenyaşar trató de resistirse y dijo a la policía que no habían interferido en la actividad normal del tribunal durante 17 días.

Por otro lado, la policía impidió a los periodistas hacer fotos y vídeos diciendo que tenían "suficiente" material, y comprobó los carnés de identidad de los periodistas.

Emine Şenyaşar y su hijo Ferit han declarado que continuarán la acción.