Emine Senyaşar: ¿Por qué nadie escucha nuestras quejas?
Emine Şenyaşar, que reclama justicia ante el tribunal de Urfa dijo: "Aunque supiera que me estoy muriendo, no me iría de aquí".
Emine Şenyaşar, que reclama justicia ante el tribunal de Urfa dijo: "Aunque supiera que me estoy muriendo, no me iría de aquí".
Emine Şenyaşar lleva 35 días sentada frente al tribunal de Urfa exigiendo justicia para su familia. Dos de sus hijos fueron asesinados en un ataque de los guardaespaldas del candidato del AKP Halil Yıldız. Su marido fue golpeado hasta la muerte en el hospital por una turba formada por los familiares del diputado. Otro hijo fue condenado a 37 años de prisión gracias a pruebas muy dudosas por haber matado supuestamente al hijo del diputado del AKP mientras defendía a sus padres.
Comentando su protesta, Emine Şenyaşar dijo: "Los que llevaron a cabo la masacre siguen paseando por delante de nuestra tienda, esperando una oportunidad para volver a atacar. Acudimos a la fiscalía para denunciarlo, pero nos echan. Ya está bien de tanta crueldad y opresión, se nos han secado los ojos de tanto llorar. ¿Qué clase de ley es esa, qué clase de justicia? Por qué nadie escucha nuestras quejas, por qué nadie nos ve?".
La historia de Emine Şenyaşar es la mejor expresión del sistema patriarcal y de la resistencia de una mujer al poder estatal turco colonial. Durante 35 días, Emine Şenyaşar y su hijo Ferit Şenyaşar han estado luchando por la justicia ante el tribunal a pesar de todas las adversidades y la represión. "Mi lucha continuará hasta que se haga justicia con los oprimidos", ha subrayado.
Emine Şenyaşar nació en 1956 en el pueblo de Aşme, cerca de Urfa. A los veinte años se casó con Hacı Esvet Şenyaşar y se mudó con él a la aldea de Tümsekli. Tiene siete hijos. En 1990 la pareja tuvo que trasladarse a Suruç debido a las dificultades económicas. Por su actitud patriótica y su ayuda a los pobres, la familia Şenyaşar pronto se hizo conocida y muy popular.
Ayuda a Kobanê
En otoño de 2014 la familia abrió su casa a los habitantes de Kobanê que tuvieron que huir al otro lado de la frontera cuando el Estado Islámico atacó la ciudad. Hacı Esvet Şenyaşar movilizó a la población en favor de los habitantes de Kobanê y recogió suministros de ayuda con gran esfuerzo. Durante meses, la familia también acogió a personas que llegaron a la frontera para apoyar la resistencia de Kobanê. Emine Şenyaşar dijo sobre esta época: "Las personas que huyeron de los ataques del ISIS y llegaron a este lado de la frontera no tenían dónde ir. La gente de Suruç les abrió sus puertas, teníamos varias familias en casa. Eran kurdos, eran nuestra gente, no podíamos cerrarles las puertas. Teníamos una casa en el pueblo, Hacı Esvet se la dio a los periodistas que llegaron a la frontera de Kobanê, se quedaron en esta casa durante meses. Todo lo que necesitaban se lo proporcionaba Hacı Esvet".
La masacre del 14 de junio
La familia Şenyaşar se dio a conocer con la masacre del 14 de junio de 2018. En el período previo a las elecciones del 24 de junio de 2018, el diputado del AKP Ibrahim Halil Yıldız visitó la tienda de la familia, amenazó a la familia y exigió su voto. Cuando los miembros de la familia dijeron que su elección estaba clara [refiriéndose al HDP], los guardaespaldas y los familiares del político del AKP abrieron fuego. Celal Şenyaşar, de 41 años y padre de tres hijos, y Adil Şenyaşar, de 36 años, resultaron gravemente heridos. Los otros miembros de la familia Mehmet, Fadıl y Ferit Şenyaşar también resultaron heridos. Cuando el Hacı Esvet, de 67 años, visitó a sus dos hijos gravemente heridos en el hospital, todos ellos son asesinados por familiares del político del AKP. Emine Şenyaşar dijo: "Ese día estábamos en casa, mi nieto vino corriendo y dijo: 'Alguien entró en nuestra tienda, están discutiendo'. Así que corrí a la tienda. Una mujer que encontramos en el camino me detuvo y me dijo: 'No vayas, alguien está disparando a tu tienda, te matarán a ti también'. Así que corrí aún más rápido. Por el camino me encontré con mi marido Hacı Esvet y llegamos a la tienda. Pero la policía no nos dejó entrar, los heridos seguían tirados en el suelo. Los heridos fueron llevados al hospital, pero los miembros de la familia Yıldız rodearon el hospital. En cuanto vieron a mi marido, empezaron a atacarlo. Allí lo golpearon hasta la muerte.
Esta familia [Yıldız], conocida por su asociación con el crimen organizado, también quería asesinar a mi hijo herido Fadıl ese día. Sólo por casualidad se salvó de la muerte porque lo llevaron al hospital de Amed (Diyarbakır). Lo arrestaron mientras estaba en el hospital y luego lo encarcelaron. Después de los asesinatos, pintaron los pasillos del hospital y confiscaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia. Todas las pruebas del crimen fueron ocultadas. Esta familia se ha infiltrado en todas las instituciones estatales de Suruç, se consideran los dueños de la ciudad. Ese día sufrí otro dolor que no puedo olvidar: Era Ramadán, mi hijo Celal había llamado a casa desde la tienda y me pidió que hiciera dolma para romper el ayuno. Le dije que era demasiado tarde y que lo haría al día siguiente. Lo recordaré. Lo siento mucho porque ese día no pude cumplir la petición de Calal".