Este lunes, 108 ciudadanos, miembros, diputados, alcaldes y copresidentes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) serán juzgados en Ankara en un caso que determinará el destino de la lucha democrática en Turquía.
El juicio, conocido como el "caso Kobane", procesa a los acusados por una publicación de Twitter de octubre de 2014 que pedía solidaridad con la gente de Kobane contra los ataques del Estado Islámico (ISIS) y la policía turca local. En total, más de 37 personas murieron en las protestas de Kobane de 2014, la gran mayoría por disparos de la policía turca.
Los fiscales acusan que el tuit incitó a la violencia. La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no encontró pruebas para sustentar el cargo. Al revisar el caso en diciembre de 2020, el TEDH encontró que el tuit "se mantuvo dentro de los límites del discurso político, en la medida en que no pueden interpretarse como un llamado a la violencia", y pidió la liberación inmediata del copresidente del HDP, Selahattin Demirtaş.
La Internacional Progresista emitió un comunicado y denunció que el presidente turco Erdogan ahora busca borrar el fallo del TEDH, eliminar el HDP y encarcelar a sus líderes.
La declaración incluye lo siguiente:
“El propio Demirtaş se enfrenta a 15.000 años de prisión en el caso Kobane. Mientras tanto, el Fiscal del Tribunal de Casación, nombrado por Erdogan hace menos de un año, ha pedido al Tribunal Constitucional que prohíba por completo el HDP.
El HDP no está solo. Las tácticas de guerra legal, o "lawfare", han sido entrenadas contra abogados, periodistas, activistas y representantes políticos en toda Turquía, mientras Erdogan busca consolidar su poder. Los críticos del AKP son acusados habitualmente de "apoyar el terrorismo" y "sembrar el miedo y el pánico", allanando el camino para que los fiscales aplasten la disidencia, cierren publicaciones y encarcelen a sus reporteros.
Este es un fenómeno global. La escalada de la guerra legal en Turquía es parte de un esfuerzo planetario para criminalizar los movimientos populares y corromper las instituciones democráticas diseñadas para protegerlos. El caso Kobane es un capítulo más escalofriante en la historia de la persecución política intensificada en todo el mundo".
La Internacional Progresista se está movilizando a Ankara para defender la democracia, resistir la guerra legal y ser testigo del histórico juicio del caso Kobane.
Uniendo a Maciej Konieczny (Miembro del Parlamento, Razem, Polonia), Eva Ampazi (Consejera General, MeRA25, Grecia) y David Adler (Coordinador General, Progressive International), la delegación llega a Turquía con dos objetivos principales.
El primero es apoyar al HDP. Sus valores, de paz, pluralismo, feminismo e internacionalismo, son el núcleo de nuestro proyecto. Su lucha es una inspiración para el mundo.
El segundo es enviar una señal a las fuerzas reaccionarias en todas partes. Desde Ankara hasta Brasilia, el IP está dispuesto a salvaguardar la soberanía popular dondequiera que esté amenazada.
El caso Kobane puede comenzar el lunes, pero no termina ahí. Con una duración de 45 días, exigirá la solidaridad de todas las fuerzas progresistas en todos los países de todos los continentes. Porque la democracia está a prueba y es nuestra responsabilidad histórica defenderla”.