Un desfiladero en la provincia kurda de Şırnak, que proporciona un paso natural para el agua de las alturas nevadas durante el deshielo de primavera, corre el riesgo de ser inundado por una "represa de seguridad" construida en la región. El desfiladero cercano al pueblo de Kiror (Ortabağ), en el valle de Êwil, con sus aguas cristalinas y heladas, es una maravilla natural en los calurosos meses de verano y una atracción para los turistas y excursiones.

La represa ya está terminada y lleva algún tiempo reteniendo el agua. Pronto inundará todo el desfiladero. Los habitantes de la zona dijeron a la Agencia de Mezopotamya (MA) que la represa no se utilizará para la generación de energía ni para el riego, ya que no hay tierras agrícolas importantes en la zona. La presa destruirá el hábitat de muchas especies animales y vegetales y provocará un desastre ecológico. Mientras tanto, se están construyendo nuevas carreteras en la zona porque las antiguas se inundarán cuando suba el nivel del embalse. Se cortarán miles de árboles para la construcción de la carretera.

Las razones para la construcción de las llamadas "represas de seguridad" en Turquía no son económicas. Más bien, la destrucción de los medios de subsistencia de la población kurda pretende obligarla a abandonar su país y limitar la movilidad de la guerrilla. También pretende permitir el uso del agua como arma contra los países vecinos.

Desde 2009, se han construido presas en las provincias kurdas de Amed (Diyarbakır), Batman, Bingöl, Dersim, Hakkari), Mardin y Şırnak. Un ejemplo especialmente trágico del efecto destructivo de la política de represas de Turquía es la inundación del sitio histórico de Hasankeyf.