Según fuentes oficiales, más de 20.000 personas perdieron la vida en la gran catástrofe sísmica ocurrida el 6 de febrero en el Kurdistán y partes de Turquía.
El número de personas atrapadas bajo los escombros ascendió a 184.000. En Osmaniye, una de las 10 provincias más afectadas por el terremoto, los muertos quedaron en los pasillos. Las personas que fueron trasladadas al hospital estatal de Osmaniye con heridas pero perdieron la vida allí quedaron en el suelo tras ser introducidas en una bolsa negra. Fotos tomadas en el interior del hospital lo confirman. Muchos muertos son abandonados en el jardín del hospital tras ser trasladados en camillas.