El huracán, que golpeó el Mar Caribe el fin de semana, alcanzó un nivel muy peligroso en los países continentales de Honduras y Nicaragua ayer.

En Honduras, las fuertes lluvias provocadas por el huracán que ha matado al menos a una persona hasta ahora están provocando grandes destrozos. 

Según informes, el huracán, que continuó con vientos de 230 kilómetros por hora en algunos lugares, fue muy dañino especialmente en las costas del norte de Nicaragua.

Se supo que aproximadamente 100 mil personas fueron afectadas directamente en la zona denominada Puerto Cabezas, donde viven en su mayoría tribus indígenas.

Según la información proporcionada por Kevin Lackwood, líder del pueblo indígena Prinzapolka, los techos de las casas volaron en muchos lugares debido al huracán. 

Los esfuerzos de búsqueda y rescate se han acelerado en las regiones afectadas por el huracán en ambos países. También figura entre la información que han enviado decenas de miles de toneladas de alimentos a las regiones afectadas por el huracán.