El renacimiento de Raqqa da esperanza
Raqqa ha tomado medidas para recuperarse de los efectos devastadores de la ocupación y la guerra del ISIS. El cambio y la transformación en la ciudad dan esperanza.
Raqqa ha tomado medidas para recuperarse de los efectos devastadores de la ocupación y la guerra del ISIS. El cambio y la transformación en la ciudad dan esperanza.
Raqqa, en la orilla oriental del río Éufrates, es la cuarta ciudad más grande de Siria y tiene una importancia histórica y cultural. Aunque sufrió grandes daños durante la ocupación de ISIS, ha estado tratando de volver a ser como antes y convertirse en una ciudad de esperanza con esfuerzos de reconstrucción en los últimos años.
Las personas que vivían bajo la ocupación del ISIS se enfrentaron a una severa opresión y persecución a medida que la tortura y las ejecuciones se volvieron comunes. La infraestructura y los artefactos históricos de Raqqa sufrieron graves daños. Las mujeres en particular fueron sometidas a la esclavitud impuesta por ISIS. Se vieron obligadas a seguir la mentalidad religiosa y las reglas de ISIS. Se les quitó el derecho a la educación y se les excluyó por completo de la vida empresarial. Se les prohibió salir solas de sus casas y caminar. Las mujeres sufrieron no sólo física sino también mentalmente.
Las mujeres ahora son libres
En Raqqa liberada del ISIS, las mujeres vuelven a mirar al futuro con esperanza. El proceso de reconstrucción de la ciudad tras la destrucción ofrece nuevas oportunidades para las mujeres. Las mujeres ahora pueden recibir educación libremente, participar en la vida empresarial y desempeñar un papel activo en todos los ámbitos de la sociedad. Las mujeres, que participan en todas las instituciones y organizaciones, están felices de recuperar su libertad en la ciudad, donde han comenzado tiempos llenos de esperanza para el futuro. Al disfrutar de su libertad, las mujeres no pueden ocultar su felicidad porque ya no están bajo miedo ni presión y disfrutan caminar libremente por las calles. Entre los edificios destruidos, mujeres sonrientes y niños alegres, ahora pueden caminar libremente por las calles, y las mujeres pueden pasar tiempo con sus hijos en los parques. Refleja el cambio positivo que la liberación de la ciudad ha supuesto en la vida de las personas y en sus expectativas de un futuro lleno de esperanza.
Los niños también son felices
Los niños han enfrentado grandes dificultades bajo el brutal gobierno de ISIS, cuya ideología represiva y radical ha afectado profundamente las vidas de los niños. Se les quitó el derecho a la educación, se cerraron escuelas y se los obligó a participar en programas educativos basados en el extremismo religioso. Las actividades básicas de la infancia, como jugar, correr por las calles y divertirse, no eran posibles debido al miedo y la opresión de ISIS. Los niños fueron expuestos a la propaganda de ISIS y obligados a crecer con vídeos e imágenes violentos. En la ciudad liberada del ISIS ha comenzado un período de esperanza para los niños. El proceso de reconstrucción ofreció a los niños la oportunidad de estudiar, jugar y vivir una infancia normal. Los niños que solían saltar la cuerda, jugar al fútbol y jugar al escondite en las calles, tomar de la mano de sus madres e ir al mercado, están creciendo en un entorno de vida seguro y saludable con la reconstrucción de la ciudad después de la destrucción. Los niños ahora pueden ir a la escuela, jugar y mirar al futuro con esperanza. Después de días oscuros, los niños vuelven a abrir las puertas a un futuro soleado.
Las huellas de la guerra en cada rincón
Las huellas de la guerra son claramente visibles en cada rincón de Raqqa. Los edificios en ruinas, la infraestructura colapsada y los montones de escombros han alterado drásticamente el horizonte de la ciudad. Los restos de la guerra son un recordatorio de la historia de la ciudad y el sufrimiento de su gente, pero también hay una sensación de revitalización y recuperación. En medio de las dolorosas huellas de la guerra, la gente siente profundamente que les espera un futuro esperanzador mientras continúan con sus vidas. La ciudad va siendo limpiada de escombros paso a paso, los residentes empiezan a trabajar temprano en la mañana y la vida no se detiene hasta altas horas de la noche.
Borrando las huellas de la guerra
El cambio en Raqqa es palpable. En lugar de edificios destruidos, se están levantando estructuras reconstruidas y reparadas. Las obras de infraestructura en la ciudad avanzan rápidamente y la vida ha vuelto a la normalidad. La gente está trabajando duro para curar las heridas de la guerra y revitalizar la ciudad. Los mercados, las calles y los parques vuelven a estar llenos de actividad. El cambio en Raqqa avanza hacia un futuro lleno de esperanza. La ciudad se esfuerza por borrar las huellas de la guerra y restaurar su antigua belleza.