De acuerdo con la nueva política de inmigración implementada por el presidente Donald Trump, los deportados que solicitan asilo en los Estados Unidos, deben esperar la respuesta a su solicitud fuera del territorio norteamericano.

El espectacular aumento de las deportaciones desde el 27 de mayo, fecha en que se firmó un acuerdo sobre el tema entre los gobiernos de Estados Unidos y México, es sorprendente...

El acuerdo se firmó bajo la amenaza de sanciones económicas fuertes e inmediatas contra México.

Si hasta mayo el número de migrantes deportados era de 7.623, en sólo dos meses el número se disparó a 15.079. Una tasa de crecimiento exponencial que debería aumentar sustancialmente a partir de este domingo, dado que Donald Trump personalmente confirmó esta semana el inicio de redadas masivas de inmigrantes indocumentados, que deberían ser deportados.

Toda esta situación se produce en medio de numerosas quejas documentadas sobre las condiciones inhumanas y humillantes en las que muchas personas son detenidas por el servicio de inmigración estadounidense, incluidos cientos de menores y mujeres.

Mientras que acusaciones similares, en este caso referidas a México, hablan de una situación no muy diferente en cuanto a las condiciones de detención de los deportados de Estados Unidos, y de los centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos con la esperanza de entrar en ese país.

Las cifras que acaban de publicarse aclaran la magnitud y características del acuerdo forzado aceptado por México, que no se hizo público, por el Gobierno de Antonio Manuel López Obrador, más que en líneas generales.