La Comisión de Investigación de las Naciones Unidas en Siria documentó las continuas violaciones y abusos del Estado turco y sus mercenarios en las zonas ocupadas, en particular Afrin, Serêkaniyê y Girê Spi.
En el informe también se destaca un aumento de las pautas de abusos selectivos como los asesinatos, la violencia sexual y de género contra las mujeres y las niñas, y el saqueo o la apropiación de la propiedad privada, con trasfondo sectario. El sufrimiento de los civiles es una característica constante y personal de esta crisis.
La copresidenta de la Organización de Derechos Humanos de la Región de Jazira, Evin Cuma, dijo que el informe de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Siria fue el primero en documentar los crímenes de guerra cometidos por el Estado invasor turco y sus mercenarios contra los civiles en Afrin, Serêkaniyê y Girê Spî.
Cuma declaró a ANHA que el informe anunciado por la comisión muestra pruebas de que el Estado turco invasor y sus mercenarios afiliados cometieron crímenes de guerra en Afrin, Serêkaniyê y Gire Spî. "Estos crímenes son la tortura, la violación, la violencia psicológica y física contra las mujeres. Aunque la comisión declaró que la responsabilidad recae en el Estado turco, presionó al Estado turco para que actuara de conformidad con los acuerdos de derechos humanos y subrayó la necesidad de garantizar la seguridad en los territorios ocupados en el norte y el este de Siria, los mercenarios siguen cometiendo crímenes como masacres, secuestros, detenciones, abusos sexuales y torturas a mujeres".
Cuma continuó: "Sin embargo, si esta situación no se aborda adecuadamente, los mercenarios del estado turco seguirán violando las convenciones de derechos humanos que protegen a todas las personas en los territorios ocupados. Los funcionarios sobre el terreno no han tomado las medidas necesarias para prevenir esos crímenes".
Declarando que sólo algunos de los crímenes cometidos por el estado turco ocupante y sus mercenarios afiliados contra mujeres y niños fueron registrados en el informe, Evin añadió: "No todos los crímenes cometidos han sido registrados. A pesar de los documentos y las pruebas disponibles, en el informe se utiliza a menudo el tiempo condicional al referirse a los delitos que han sido probados y el lenguaje del informe en su conjunto es de estimación de los delitos. Por el contrario, el lenguaje del informe debería haber sido acusar al Estado turco y a sus mercenarios, dadas las pruebas de los crímenes. En cambio, da la impresión de que más bien evita la responsabilidad".
Enfatizando que las organizaciones internacionales y regionales de derechos humanos deberían actuar para detener los crímenes cometidos contra las mujeres, dijo Evin Cuma: "La comunidad internacional debería pedir una investigación justa y presionar al estado turco y a sus mercenarios para que se retiren de las zonas ocupadas de Afrin, Serêkaniyê y Girê Spî. Las organizaciones jurídicas deberían trabajar para documentar los delitos contra las mujeres que no pudieron ser denunciados debido al miedo y a la dificultad para llegar a las autoridades".