A sólo una calle del Centro Cultural Ahmet Kaya de París, donde asesinaron a los tres activistas kurdos el 23 de diciembre de 2022, se descubrió un vehículo que transportaba material de inteligencia durante un control policial rutinario alrededor de las 20.30 horas del viernes pasado.
En lugar de examinar el vehículo, se supuso que era una bomba y se hizo explotar el coche. El barrio había sido acordonado previamente. En el automóvil se pudo ver un dispositivo equipado con un router Wi-Fi.
Tras la explosión, se determinó que no se trataba de una bomba. Las imágenes del dispositivo sugieren que podría tratarse de un IMSI catcher, utilizado para interceptar el tráfico de telefonía móvil y Wi-Fi en la zona. Parece ser un equipo de inteligencia. Para la policía, el caso parece cerrado al no tratarse de una bomba. Sin embargo, según Le Parisien, se recurrió al servicio de inteligencia porque se trataba de un dispositivo de recogida de información, lo que también apunta a un IMSI catcher o dispositivo similar.
Sin embargo, a la vista de la supuesta tecnología de inteligencia, muchos hablan de encubrimiento y destrucción de pruebas en relación con el atentado del 23 de diciembre. Entre otras cosas, un IMSI catcher puede utilizarse para determinar qué teléfono móvil se encuentra en qué célula de radio. Hay fuertes sospechas de que no fue un autor solitario racista sino el servicio secreto turco el que estuvo detrás de los asesinatos de París.