La Internacional Progresista informa en un comunicado que ha enviado una delegación a Hewlêr (Erbil) para cumplir su misión. “Nuestro compromiso”, dice el comunicado, “está recogido en el artículo XV de la Declaración de la Internacional Progresista: la paz duradera. Trabajamos para desmantelar la máquina de guerra y sustituirla por una diplomacia de los pueblos basada en la cooperación y la coexistencia. Nuestra delegación aterriza en Hewlêr (Erbil) para cumplir esta misión”.
El comunicado subraya que “el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan está intensificando su guerra contra el pueblo kurdo en todos los frentes: reprimiendo al opositor Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en Turquía, lanzando una nueva ofensiva militar en Irak, amenazando con una nueva invasión en Siria y llamando a reprimir la solidaridad kurda en Europa.
Con las elecciones presidenciales en Turquía previstas para 2023, Erdoğan está a punto de perder el poder. Su renovada campaña militar es un intento cínico de distraer la atención de su mala gestión de la economía turca. Erdoğan espera que una guerra contra el pueblo kurdo pueda alimentar un sentimiento nacionalista que mantenga vivas sus perspectivas presidenciales”.
La declaración añade: “Pero es la expansión de la OTAN la que ha dado luz verde a la nueva ofensiva de Erdoğan. Con Suecia y Finlandia presentando solicitudes de ingreso en la alianza, Turquía ha pedido el levantamiento de un embargo de armas y la extradición de kurdos a cambio de la adhesión a la OTAN. Mientras tanto, los miembros de la OTAN en Europa y Estados Unidos han guardado un silencio casi absoluto sobre la escalada de violencia de Erdoğan.
El 18 de abril, Erdoğan lanzó una ofensiva aérea y terrestre contra las fuerzas y los civiles kurdos en Irak. Desde entonces, y tras meses de una guerra de baja intensidad, el ejército turco también ha intensificado el bombardeo de zonas civiles en todo el Norte y el Este de Siria, donde la población espera celebrar pronto el décimo aniversario de la llamada ‘Revolución de Rojava’”.
La esperanza generada por la revolución está amenazada, dice el comunicado, que añade que “el 24 de mayo, Erdoğan anunció su intención de ocupar una ‘zona segura’ de 30 km para el alojamiento forzoso de refugiados, un pretexto para su intento de limpiar étnicamente a la población local, de aproximadamente 2,5 millones de personas y minorías, desde kurdos, árabes y sirios asirios hasta otros grupos étnicos como los yazidíes, y poner así fin a su lucha por la emancipación.
Al mismo tiempo, Erdoğan quiere intimidar y, en última instancia, aplastar la poderosa organización kurda en Europa. Ahora existe un riesgo real de que Erdoğan se salga con la suya. La agresión de Turquía ha ido históricamente de la mano del consentimiento y la complicidad de la OTAN. En una reciente rueda de prensa, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se hizo eco de la retórica de Erdoğan al decir que ‘ningún otro aliado de la OTAN ha sufrido más ataques terroristas que Turquía’. Reafirmó que ‘Turquía es un aliado importante, entre otras cosas por su situación geográfica estratégica en la frontera con Irak y Siria’.
Desde que Turquía entró en la OTAN en 1952, los demás miembros de la alianza le han prestado un generoso apoyo político y militar, ayudando a Turquía a desarrollar una formidable industria armamentística y suministrándole un flujo constante de armas. Las violaciones de las leyes de la guerra y de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad turcas fueron impulsadas por las armas suministradas por Estados Unidos y la OTAN”.
La declaración continúa: “El gobierno de Estados Unidos, en particular, ha estado profundamente involucrado en el armamento de Turquía, que sirve como base de avanzada para las operaciones militares de Estados Unidos y alberga 50 armas nucleares estadounidenses. Esta relación sitúa a los miembros de la OTAN como partícipes de la negación de derechos y del asalto sistemático al pueblo kurdo.
Ante la guerra de Turquía contra los kurdos, que dura décadas, y su reciente intensificación, la Internacional Progresista apoya la lucha kurda por la libertad y la paz. Por ello, a invitación de los grupos kurdos, la Internacional Progresista ha enviado una delegación de paz a Hewlêr/Erbil para dar la voz de alarma sobre la guerra total de Turquía contra el pueblo kurdo y otras comunidades confesionales y religiosas de la región, y la complicidad de la OTAN en ella”.