Según el Informe de los Centros de Tratamiento y Rehabilitación de la Fundación de Derechos Humanos de Turquía (TIHV), el número de solicitantes en Turquía con denuncias de tortura y malos tratos aumentó un 11% el año pasado, y el número de mujeres que declararon haber sido torturadas aumentó un 10% en comparación con 2018.

Según el informe, 205 mujeres que dijeron haber sido torturadas solicitaron el TIHV en 2020. La edad media de la torturadas bajó de 36 a 33 años. La tasa de las que declararon haber sido torturadas y estar desempleadas aumentó del 68 por ciento al 73 por ciento. La tasa de las que dijeron que se habían enfrentado a la tortura sexual aumentó del 27 por ciento al 44 por ciento.

Comparando los informes de 2018, 2019 y 2020 sobre tortura y malos tratos del TIHV los resultados son los siguientes:

"- En 2020, 562 personas solicitaron al TIHV, alegando que fueron sometidas a tortura y malos tratos. Sin embargo, el número de solicitudes en 2018 fue de 505.

205 mujeres solicitaron en 2020. El número de mujeres solicitantes en 2018 fue de 186. La media de edad de las personas que solicitaron centros de tratamiento por tortura en 2020 fue de 33 años. Esta tasa se observó como el 36% en 2019. En 2018, la edad media se calculó en 35 años.

- Se determinó que 382 de los solicitantes, es decir, el 73,6 por ciento, estaban desempleados en 2020. En 2018, el 68 por ciento de los que afirmaron estar torturados estaban desempleados. De los 562 solicitantes, 283, es decir, el 50 por ciento, procedían de los departamentos de policía; 73 de ellos, es decir, el 13 por ciento, llamaron a la puerta del TIHV alegando que habían sido sometidos a tortura en centros de detención oficiales como las comisarías."

Además, 189 personas, el 34 por ciento de los solicitantes, también dijeron que fueron torturados en los vehículos de los agentes de la ley. En 2020, 229, es decir, el 41 por ciento, de los solicitantes del TIHV declararon que las torturas se produjeron en espacios abiertos y durante manifestaciones; 110 de ellos, es decir, el 20 por ciento, dijeron que fueron sometidos a tortura y otros malos tratos en lugares como el hogar y el lugar de trabajo.

De los 562 solicitantes, el 90 por ciento dijo haber sido insultado. En 2018, esta tasa fue del 80 por ciento. La tasa de los que dijeron haberse enfrentado a una intervención física fue del 73 por ciento. La tasa de quienes afirman haber sufrido algún tipo de tortura sexual ha aumentado del 27 por ciento al 44 por ciento en los últimos dos años.