La Comisión de Investigación de las Naciones Unidas en Siria publicó un informe de 25 páginas en el que documenta las continuas violaciones por parte de casi todos los actores del conflicto que controlan el territorio de Siria.
En el informe también se destaca un aumento de las pautas de abusos selectivos como los asesinatos, la violencia sexual y de género contra las mujeres y las niñas, y el saqueo o la apropiación de la propiedad privada, con trasfondo sectario. El sufrimiento de los civiles es una característica constante y personal de esta crisis.
En Afrin y sus alrededores, el informe documenta cómo el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, puede haber cometido los crímenes de guerra de toma de rehenes, trato cruel y tortura, y violación. En la misma región, decenas de civiles murieron o quedaron mutilados por grandes artefactos explosivos improvisados, así como durante los bombardeos y los ataques con cohetes.
En particular, en el informe se dice "Desde 2019, las mujeres kurdas de las regiones de Afrin y Ra's al-Ayn [Serêkaniyê] se han enfrentado a actos de intimidación por parte de miembros de la brigada del Ejército Nacional Sirio, lo que ha generado un clima de temor generalizado que, en efecto, las ha confinado a sus hogares. Los combatientes del Ejército Nacional sirio también han detenido a mujeres y niñas y las han sometido a violaciones y violencia sexual, lo que ha causado graves daños físicos y psicológicos a nivel individual y comunitario, debido al estigma y las normas culturales relacionadas con las ideas de "honor femenino". Durante el período que se examina, se documentaron casos de violencia sexual contra mujeres y hombres en un centro de detención de Afrin.
La Comisión también recibió informes de matrimonios forzados y de secuestros de mujeres kurdas en Afrin y Ra's al-Ayn [Serêkaniyê], en los que participaron principalmente miembros de la División 24 (la Brigada Sultán Murad) del Ejército Nacional Sirio".