En Estambul, la policía impidió violentamente una concentración de la Coordinadora de Crisis de la Alianza por el Trabajo, la Paz y la Democracia contra la respuesta del gobierno turco a la catástrofe del terremoto. La iniciativa informó de numerosas detenciones, aunque no estaba claro cuántas personas fueron detenidas. "Durante años, este régimen ha reaccionado de forma casi refleja a las protestas contra los agravios políticos, sociales y económicos del país", declaró el diputado del HDP, Musa Piroğlu, criticando la actuación policial y exigiendo la liberación de todos los detenidos.
"No es el terremoto, sino un orden corrupto y con ánimo de lucro el culpable de la muerte de la gente", era a grandes rasgos el lema de la reunión que iba a tener lugar en el puerto del distrito de Kadıköy para emitir un comunicado público. La policía se desplegó con un gran contingente y prácticamente selló todas las entradas. Sin embargo, la mayoría de los miembros de la coordinación de crisis consiguieron llegar a la plaza Khalkedon, donde la policía rodeó a los participantes en varios puntos. Los manifestantes respondieron coreando "¡Gobierno, dimisión!".
Han pasado casi tres semanas desde la grave serie de terremotos en la región fronteriza entre Turquía y Siria. Desde entonces se han confirmado más de 50.000 muertes en ambos países, de las que más de 44.000 han sido notificadas sólo por las autoridades turcas. Ciudades enteras han quedado devastadas hasta quedar irreconocibles, millones de personas se han quedado sin nada. Antakya, por ejemplo, capital de la provincia de Hatay, especialmente afectada, prácticamente ya no existe. Los socorristas siguen sacando cadáveres de entre los escombros. Es la catástrofe más mortífera de la historia de la Turquía moderna, un país con experiencia en grandes seísmos.
"Esto hace aún más flagrante el fracaso del Estado, porque habría sido posible la prevención mediante la prevención de catástrofes, por ejemplo, y una planificación urbana a prueba de terremotos", declaró Piroğlu al margen del acto, acompañado por su colega de grupo parlamentario Oya Ersoy. "La magnitud de la destrucción tras los seísmos es, por tanto, consecuencia directa de la política clientelar del partido AKP de Erdogan, sumido en un lodazal de corrupción y nepotismo", afirmó.
"La negligencia y los fallos del Estado y la incompetencia del AKP han contribuido a que hayamos perdido a tanta gente. No sólo quedaron sepultadas bajo la irresponsabilidad de este Estado, sino que muchas murieron además congeladas. Conocemos varios cientos de casos sólo en Adıyaman en los que la gente murió congelada por el frío porque no llegó ayuda estatal." Según Piroğlu, el HDP cree que el número de muertes puede ascender hasta las 100.000.