Las presas políticas recluidas en la Prisión Cerrada de Mujeres de Diyarbakır dijeron durante su reunión con sus familias que iniciaron una huelga de hambre de 5 días contra las violaciones de derechos. Las presas dijeron que su huelga de hambre era una "advertencia".

Las presas dijeron que sus derechos a los deportes, la conversación y los cursos fueron violados. Añadieron que las excarcelaciones se retrasan de forma arbitraria, se impide la libertad condicional y hay prácticas degradantes, como cacheos y registros al desnudo. Dijeron que hay cámaras encendidas en todo momento, lo que supone una violación de la intimidad, y que no se libera a los presos enfermos, en abierta violación del derecho a la salud.

Los detenidos continuaron: "Se restringen las horas de visita y de teléfono, no se proporcionan condiciones de alimentación saludables, no se respeta la libertad de creencia y de expresión, no se permiten las publicaciones en la lengua materna, hay un cupo de libros que podemos recibir, se nos amenaza con castigos disciplinarios cada dos días".