Cuando el Reino Unido confirmó su retirada de la UE, la Primera Ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, reiteró que su gobierno exigirá que se celebre un referéndum de independencia este año.
Ella pedirá a la Comisión Electoral que se pronuncie sobre si sería apropiado utilizar la pregunta "¿Debería ser Escocia un país independiente?", que ya se utilizó en el referéndum pro-independencia de 2014, para convocar una nueva consulta popular.
En los próximos meses, el Gobierno escocés publicará documentos con la información necesaria para que la población adopte una posición informada sobre la independencia de su país.
En 2019, el Parlamento escocés aprobó una ley que permite a sus compatriotas organizar un referéndum para decidir sobre la permanencia o la separación de su país del Reino Unido.
Esta decisión será intrascendente si el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, mantiene su negativa a transferir las facultades legales que permitirían a un congreso regional tomar decisiones como esa.