La huelga de hambre de los presos políticos en Turquía se va a prolongar, según ha anunciado este domingo Deniz Kaya, portavoz de los presos de los juicios del PKK/PAJK. Hasta ahora, la huelga de hambre, que comenzó el 27 de noviembre de 2020, se ha llevado a cabo en grupos, alternando durante cinco días cada vez. A partir del 14 de julio, la duración aumentará a quince días, declaró Kaya.

La huelga de hambre contra el aislamiento de Abdullah Öcalan, que ha durado dos años, y las insoportables condiciones carcelarias en las prisiones turcas se ha llevado a cabo por 227º día consecutivo. Por el momento, el grupo 46 está en marcha, pero muchos de los participantes se niegan a comer por repetida vez para hacer valer sus reivindicaciones políticas y están consecuentemente debilitados.

La fecha de la prolongación de la huelga de hambre no fue elegida por casualidad: El 14 de julio ocupa un lugar especial en el movimiento de liberación kurdo porque ese día, en 1982, los miembros fundadores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) encarcelados en la prisión de Diyarbakir -el "Infierno de Amed"- iniciaron un ayuno de muerte en protesta por las condiciones inhumanas de la prisión militar. Exigieron el fin de las torturas, la disciplina militar impuesta y la vestimenta uniforme.

La sociedad kurda considera la acción como la "primera chispa de resistencia" tras el golpe militar de 1980, que también envió una señal revolucionaria a la gente fuera de los muros de la prisión para reavivar la lucha contra el régimen opresivo de Turquía. 55 días después del inicio del ayuno de la muerte, el cuadro del PKK Kemal Pir perdió la vida. Los presos Mehmet Hayri Durmuş, Ali Çiçek y Akif Yılmaz también murieron en el transcurso de la acción. El ayuno de la muerte se llama desde entonces "Gran Resistencia del 14 de julio" y se conmemora cada año.